CRÍTICA DE
'La nevera en la sala': los engaños de Leandro Erlich en Prats Nogueras Blanchard
Madrid
El artista bonaerense desafía nuestra percepción con su obra en 'La nevera en la sala', que acoge la galería Prats Nogueras Blanchard en la capital
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Dicen que 'las apariencias engañan'. Casi siempre los dichos son constatación de una verdad repetida en el tiempo. También nos podemos poner en versión culta y apuntar, como señalaba Rudolf Arnheim, uno de los máximos especialistas en psicología perceptiva del arte, en 'El ... pensamiento visual: «Los pensadores griegos distinguieron el uso prudente de la experiencia sensorial de su uso imprudente.
El criterio para evaluar la percepción se consideró la razón y no los sentidos». Así, aunque razón sobre percepción sea nuestro principal instrumento para aprender y aprehender la realidad, lo cierto es que -volvamos a los dichos- debemos siempre andar con pies de plomo...
Esa parece ser también la opinión de Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973), un artista cuyo principal interés es desafiar la percepción del espectador con sus obras, jugando con la arquitectura, la ilusión óptica y análogamente con la participación interactiva del público. Su trabajo se erige en un territorio ambiguo en el que los límites entre realidad e imaginación quedan cuestionados, generando entornos e imágenes que trastocan nuestras reacciones sensoriales -desarreglo de los sentidos llamaba Rimbaud al estado del poeta- y nos fuerzan a poner en tela de juicio la propia naturaleza de las cosas.
En una sociedad como la actual en la que tecnología y los medios de (in)comunicación nos ofrecen realidades cada vez más complejas y engañosas, sus obras nos ayudan a recordar que los mecanismos perceptivos deben ser guiados por nuestra propia experiencia y por el sentido en el que los empleamos.



'La nevera en la sala' es su nueva exposición, la quinta ya en esta galería, la de Prats Nogueras Blanchard, y en ella nos muestra de manera hiperrealista, y como fuera de contexto, una serie de pinturas que representan puertas de objetos domésticos: una lavadora, una nevera, la parte trasera de un televisor, o hasta una de las puertas del espacio expositivo. En realidad ese juego tan pictórico y barroco del trampantojo que igualmente nos remite en el pasado a la famosa narración de Plinio el Viejo sobre la contienda entre Zeuxis y Parrasio.
Me resulta significativo pensar cómo, en un momento actual de hiperrealidad ficticia y engaño global promovido por las tecnologías, un auténtico 'trompe-oeil' mediático, Erlich retoma con el lenguaje pictórico un quehacer más humano, más cálido, más manual, como un acto de pura y dura resiliencia. Me parece una actitud muy elogiable y corroborada por el propio artista tras una charla en la inauguración.

Leandro Erlich
'La nevera en la sala'. Galería Prats Nogueras Blanchard. Madrid. C/ Beneficencia, 18. Hasta el 6 de abril. Cuatro estrellas.
Complementa la exposición una videoinstalación, 'Six Cycles', en la que podemos observar seis secadoras de ropa girando a gran velocidad, movimiento que de nuevo refiere a lo pictórico -estoy pensando en la mano borrosa de la hilandera de Velázquez-, y nos invita a dudar una vez más de lo que ven o no nuestros sentidos.
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