Mey Rahola, el comienzo de una recuperación

Alineada con este objetivo encontramos la triple iniciativa desarrollada desde el MNAC con la figura de Mey Rahola a través de una serie de adquisiciones desde el 'Pla Nacional de Fotografía' durante los años 2020 y 2021, una muestra y un cuidado catálogo que sería imposible de imaginar sin el trabajo de sus descendientes al cuidado de su legado. 'Mey Rahola (1897-1959). La nueva fotógrafa' ha ampliado su estancia en el MNAC hasta el 11 de septiembre y permite asomarse al mundo y la convulsa vida de un momento de efervescencia creativa que se vio roto y transformado.

Una cita que da voz a esta peculiar autora tan moderna para su momento como necesaria su revisitación. Una exposición antológica y cronológica en la que podemos ver su adaptación y sensibilidad hacia las diversas crisis reflejadas en sus formas de afrontar la fotografía: Cómo se adapta como mujer creativa desde la República a la Guerra y el exilio, sufriendo un cambio de paradigma en el convulso momento que le tocó vivir.

La muestra se articula como un díptico, antes y después de la Guerra, elemento clave que marca su relación con la imagen. Una mujer moderna que desarrolla su vida en esferas reservadas a los hombres, con la visibilidad propia de sus compañeros y con una vida pública propia del adelanto cultural que supuso la apertura de la República en su entorno, una Barcelona a la que llega en 1932 para iniciarse como fotógrafa formando parte de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya.

En esta primera etapa, la influencia de las nuevas vanguardias fotográficas, los picados y contrapicados, las composiciones en diagonal, el juego visual de los elementos descentrados, ofrecen una imagen moderna y vitalista. Formaba parte activa de l´Agrupació, de sus muestras y acciones, con imágenes que representaban a una mujer activa y joven en la figura de su propia hija, modelo de muchas de sus imágenes.

El golpe militar de 1936 y su exilio a Lyon truncan su carrera artística, profesionalizando su práctica fotográfica y llevándola a nuevas realidades. Durante la Guerra Civil realiza diferentes publicaciones para la propaganda republicana con imágenes tan idílicas como efectivas. Desde Francia se profesionaliza haciendo de retratista y cambia su manera de revelar, aportando una modernidad de acabados satinados y papeles que le sirven para transportar su realidad a la familia que ha quedado en Barcelona.

Con la paz en 1945 tras la IIGM se establece en Vaucresson, cerca de París, donde vuelve a una foto 'amateur' que le proporciona la libertad anhelada más cercana a la creatividad inicial, sin olvidar la experiencia adquirida como fotógrafa documental.

Sus circunstancias como mujer, madre y esposa la invisibilizaron durante un largo periodo, que se ve roto con la actual campaña de reconocimiento sobre su figura, complementada por otra muestra en el Museu de l'Empordà sobre sus marinas. Sólo la importancia de los archivos, su preservación y estudio, permitirá conocer a muchas otras autoras que han sido inmerecidamente olvidadas.