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Materialidad, espíritus, ritos e interconexiones cósmicas: ARCO en femenino
LA OPINIÓN DEL CRÍTICO
En el Día de la Mujer, qué mejor que recorrer los pabellones de Ifema en clave femenina. Nombres por descubrir y otros tantos con los que nos reencontramos
Lea el recorrido crítico de Fernando Castro Flórez del día anterior
Lea el recorrido crítico de Javier Díaz-Guardiola de los primeros compases de la feria
Madrid
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Iniciar sesiónEnfrentarse al mastodóntico ARCO siempre es un reto: corres el riesgo de pillarte una buena borrachera visual y al día siguiente no acordarte de nada. Te queda la resaca por haber 'bebido' mucho y rápido, la impresión de haber visto obras repetidas y, además, ... de no entenderlas. Tranquilo, no es solo culpa tuya: hay exceso de piezas se intelectualizan demasiado para tratarse de un evento comercial. Por suerte, también hay proyectos excelentes y otras formas de abordar la visita. Aquí algunos consejos y un posible recorrido útil para no morir en el intento.
• Antes de empezar, deshazte del abrigo y bolso pesado, pero guarda una mini botella de agua para ir recuperando saliva y no atragantarte con algunas obras.
• Si entras en un estand y te espantan lo que ves, no insistas y pasa al siguiente, tu tiempo y atención son muy valiosos.
• Al contrario, si una pieza te atrae, puedes preguntar al galerista, apuntar el nombre e investigar a posteriori.
• Para ahorrar energía y evitar el día de la marmota, huye de conversaciones estereotipadas con las personas que te cruces.
• Decide qué pabellón ver primero en función de tus intereses: si eres más conservador y te gustan las vanguardias empieza por el 7, es más asequible e incluye la sección comisariada dedicada al Caribe; si quieres más novedades y empezar fuerte, vete al 9, es más grande y con proyectos, en general, más frescos.
• Por último, mapa en mano, establece un recorrido e intenta respetarlo.
Como en un videojuego
Mi propuesta: Atacamos el 9 bordeando el pabellón por la derecha, subiendo por el primer pasillo hasta el fondo. Después bajamos por el segundo y así sucesivamente. Modo juego de la serpiente Nokia, comiendo obras y ganando cola conceptual. Y como este año estamos 'de subidón' con un 40 de mujeres artistas, vamos a poner el foco en ellas.
Los primeros estands pertenecen al programa comisariado de galerías latinoamericanas 'Nunca lo mismo'. Aunque hay cierta sensación de déjà vu con algunos espacios, la propuesta merece la pena. En Proyectos Ultravioleta, la argentina Amalia Pica propone cuatro cuerpos de trabajo basados en la educación, la burocracia y cómo resignificar los espacios domésticos: lo mejor, los pisapapeles en bronce con inserción de objetos cotidianos. En frente, estands con 'fachadas' muy espectaculares, todo grande y brillante, pero poca novedad. Subimos el primer pasillo por el lado derecho y me paro en tres galerías.
Primero, la variada propuesta de The Ryder, con las pinturas hidráulicas de Rosana Antolí, un espléndido tarot de la pionera británica Suzanne Treister, las acuarelas con prácticas sanadoras de Patricia Domínguez o la escultura reflectante de Nora Barón. En la portuguesa Kubik (Oporto) destacan los elegantes textiles con hilo de oro de Flávia Vieira sobre la identidad colectiva pero, sobre todo, propuesta redonda de Set Espai D'art (Valencia) con un pleno de artistas mujeres que utilizan el cuerpo como espacio de reflexión. Magnífica pieza de Pamen Pereira que invierte el mapa de África para cuestionar los parámetros que rigen el mundo y un contundente proyecto individual de Laia Abril con la serie 'On Rape' que nos muestra 8 vestidos a tamaño real de mujeres violadas, acompañadas de los escalofriantes testimonios.
En el lado izquierdo, F2 (Madrid) muestra una enorme vasija de cobre de Inma Herrera, 'They Change their Body into Spirits' en la que trabaja con las materias primas del grabado para expresar una conversación entre el fuego, el agua y el cobre cristalizado en azul Klein. En Ponce Robles (Madrid) las esculturas simbióticas de Día Múñoz, ahora metalizadas, parecen trepar por la pared y el 'solo project' de Françoise Vanneraud desvela su nuevo proyecto paisajístico. En la galería Crisis (Lima), llaman la atención las enormes lonas de Gala Berger, en las que plantea narrativas sobre las actividades extractivas en América, y las fotografías documentales de Flavia Gandolfo en torno la comunidad travesti limeña.
De lo mejorcito de la feria
Al llegar al fondo, hacemos un desvío al área de los Opening, selección de 15 galerías de menos de 7 años, comisariada por Cristina Anglada y Yina Jiménez Suriel. A mi juicio, de lo mejorcito de la feria. El deseo, lo oculto, lo ancestral, sueños y fabulaciones son algunos parámetros clave. Espacio Continuo (Bogotá) con la serie de pinturas oníricas de Adriana Ciudad, 'Sentir la propia sombra', en las que reflexiona sobre la condición ambivalente de la maternidad, y los dibujos-collage de Andrés Matías Pinilla llenos de cuerpos híbridos que amalgaman imaginarios de culturas diversas.
Pradiauto (Madrid) muestra un dúo de Esther Merinero, con sus esculturas emocionales de charcos iridiscentes de resina epoxi, y Karolina Dworska, con escenas, entre el inconsciente y la realidad, sobre alfombras. Piedras (Buenos Aires) presenta los dibujos negros de personajes en estado de deformación de Clara Esborraz y las esculturas orgánicas en constante metamorfosis de Carla Grunauer.
Retomamos el pasillo dos y bajamos. En la galería Vermelho (São Paulo) acertado diálogo entre los trabajos escultóricos de Carmela Gross y Ximena Garrido-Lecca que tensionan el conocimiento ancestral y las estructuras coloniales. En Luis Adelantado (Valencia), una pieza de estética lúdica y constructivista de Irma Álvarez Laviada resignifica los conceptos pictóricos a través del propio material; en Monitor (Roma), Maja Escher despliega otra pieza de pared con elementos de arcilla que evocan la trama primordial entre todos los seres de la Naturaleza.
Este mismo entrelazamiento caracteriza la obra de Joana Escoval, cuyas esculturas de metal en Vera Cortês (Lisboa) hacen referencia a instrumentos rituales y lugares de tránsito. Compartiendo espacio, los enormes paisajes imaginarios de Susanne Themlitz se tornan monocromáticos. En Société (Berlín) sobresalen las pinturas de Trisha Baga y Petra Cortright, ambas marcadas por la cultura digital y la estética del pantallazo web.
Mor Charpentier (París) reúne obras en torno a la fragmentación y el ritual. Impresionantes los retablos de Guadalupe Maravilla (en este caso es hombre), confeccionados artesanalmente con objetos encontrados en los que funde narrativas de ficción con autobiografía, y el tapiz de Bianca Bondi, una obra concebida como un 'amuleto curativo' inspirado en las alfombras talismánicas que conectan con una realidad alternativa.
Llegamos al final y subimos por el tercer callejón. En Maisterravalbuena (Madrid), pinturas performativas de Silvia Bächli y una de las arqueologías del pasado de Regina de Miguel, que ha vuelto a los pinceles. La francesa Chantal Crousel (París), con un estand lleno de hits, enseña un neón azul de Dominique Gonzalez-Foerster, 'Endodrome', que aborda los estados alterados de la consciencia e interioridad.
El espacio de Max Estrella (Madrid) parece más un mini museo que un estand. Diana Fonseca muestra piezas de la serie 'Degradaciones', hechas a partir de capas de pintura de distintas fachadas habaneras, y 'El ciclo de la estática', un círculo de tijeras inhabilitadas para representar la censura imposible. De La Ribot, actualmente en exposición en la galería, se exponen fotografías de su 'performance' 'LaBola' en verano en el Museo del Prado donde una explosión de objetos y prendas de ropa transformaron el aspecto del icónico del templo clásico.
Últimos metros
Último giro y bajamos el cuarto pasillo. Ángeles Baños (Badajoz) hace también pleno de mujeres con un estand minimal y potente. Dos artistas cubanas: Celia Irina González, con sutiles dibujos de plantas encapsulados, y Yaima Carrazana, con óleos. Y una canaria, Laura González Cabrera, expone una obra espectacular 'El manto de Harmonía', un cruce entre la pintura abstracta, las matemáticas y la mitología. En frente, la galería Bombon Projects (Barcelona) nos trae los 'Vessels' de resina ecológica y fieltro de Eva Fàbregas: vasos comunicantes se interrelacionan con el espacio a través de los fluidos que brotan de sus cavidades.
Se nos acaba el tiempo, miramos de lejos la pintura galáctica 'Multiverso 2', hecha con ceras de Ana de Alvear, y el cuidado proyecto de artista de Elena Alonso en Espacio Valverde (Madrid). El final del pasillo nos lleva de nuevo a 'Nunca lo mismo', concretamente a la obra reivindicativa y feminista de Violeta Quispe Yupari en Vigil Gonzales (Buenos Aires). La artista indígena realiza pinturas narrativas sobre madera con una fuerte crítica al patriarcado global y andino: la creadora denuncia cómo su infertilidad entra en choque con el papel asignado a las mujeres en su comunidad.
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