teatro
'María Luisa'
arranque del próximo texto de mayorga, aún inédito
Ofrecemos a los lectores el arranque de 'María Luisa', la nueva obra de Juan Mayorga, que se estrenará en abril en el Teatro de La Abadía y será publicada por La uÑa RoTa
Juan Mayorga
Madrid
1
Donde los buzones.
Raúl- Debería poner más nombres en el buzón, doña María Luisa.
María Luisa- ¿?
Raúl- Han dicho en la tele que están robando en el barrio a señoras mayores que viven solas. Usted debería tomar precauciones. La primera, poner ... algunos nombres más en el buzón. Si quiere, yo lo haré por usted.
María Luisa- Más nombres en el buzón. ¿Por qué?
Raúl- Para que no piensen que vive sola.
María Luisa- Vivo sola.
Raúl- Se trata de que ellos no lo sepan.
María Luisa- ¿Quiénes?
Raúl- Los ladrones que están robando en el barrio a señoras mayores que viven solas. No se asuste, no digo que vayan a robarla. Lo digo por si se les ocurre, para que elijan otra puerta.
María Luisa- Buena idea. Pero no sé si me parece correcto. No está bien mentir, aunque sea a delincuentes.
Raúl- Solo es una mentirijilla, doña María Luisa.
María Luisa- ¿Y si se enfadan porque los hemos engañado? Puede ser peor.
Raúl- No tienen por qué enterarse, doña María Luisa.
María Luisa- Bueno, vale. Hansel y Gretel.
Raúl- Tiene que parecer de verdad.
María Luisa- Vale, pero dos. Vivir con más de dos es una lata. Pensaré qué dos. Hasta mañana, Raúl.
Raúl- Lo vamos a hacer ahora mismo, doña María Luisa, aunque sea provisional, con rotulador, ya lo pondremos como Dios manda. Dos nombres.
María Luisa- Pero es muy difícil, así de golpe.
Raúl- Dos cualquiera, con su apellido.
María Luisa- Con mi apellido, no.
Raúl- Con su apellido, será más creíble.
María Luisa- Con mi apellido, no.
Raúl- Con el apellido que usted me diga.
María Luisa- ¿Pueden ser dos apellidos distintos?
Raúl- Los que usted quiera, doña María Luisa.
María Luisa- Emerson Azzopardi y Benito Beckenbauer.
Raúl- Hubo un futbolista Beckenbauer. Alemán. Puede parecer de broma.
María Luisa- Emerson Azzopardi y Benito Beckenbauer.
Raúl- Como quiera, doña María Luisa. Por ahora, voy a poner esos dos. Pero mañana se lo hago bien hecho, a máquina, y si quiere ponemos dos nombres más normales. Se lo piensa.
María Luisa- No voy a andar cambiando de nombres, Raúl. Raúl, ¿usted por qué hace esto? ¿A usted qué le importa si me roban o no? ¿Qué le importo yo a usted?
Raúl- Todos los que viven en mi portal me importan, doña María Luisa.
2
En la casa, poco después. María Luisa entra, da la luz, deja las llaves, el bolso, el abrigo, se pone calzado cómodo, etcétera. Se sienta en el sofá delante de la tele y la enciende. La ve un rato y cambia de canal. Después de un rato, cambia de canal. Cambia de canal. Apaga la tele. Silencio.
Beckenbauer- No te había sentido entrar.
Silencio.
María Luisa- ¿Usted sabe que hubo un futbolista que se llamaba como usted? Alemán.
Beckenbauer- ¿Benito alemán?
María Luisa- Beckenbauer.
Beckenbauer- Yo nunca hago deporte.
María Luisa- Es verdad, nunca le he visto hacer ejercicio.
Beckenbauer- No tengo tiempo para eso, María Luisa. Estoy preparando una gran acción. Voy a poner este país a tus pies. Pero te lo voy a entregar bien limpito. Voy a encarcelar a diez mil.
María Luisa- No exagere, general. ¿Ha estado bebiendo?
Beckenbauer- A veinte mil.
María Luisa- El portero dice que su nombre podría ser tomado a broma.
Beckenbauer- ¿A broma mi nombre? ¿Quién se toma mi nombre a broma?
María Luisa- Está habiendo robos en el barrio. Les ha da-do por las señoras que viven solas y piensa que se soluciona poniendo nombres en el buzón. Beckenbauer no lo quería ni en pintura. Pero yo no he dado mi brazo a torcer.
Beckenbauer- ¿Qué? ¿Has puesto mi nombre en el buzón?
María Luisa- ¿Le parece mal? Si no lo hubiese puesto, sería como que me avergüenzo de usted.
Beckenbauer- Me pones en peligro, María Luisa. Nadie debe conocer mi paradero.
María Luisa- Si él no quería, si tuve que insistir. Tampoco le convencía Azzopardi.
Beckenbauer- Ese hijo de la gran puta. Me ha dado la tarde, María Luisa.
Azzopardi- Soy como una casa
llena de habitaciones vacías
en cuyo sótano pelean
día y noche mis dos sombras.
De madrugada me asaltan
pensamientos salvajes.
Pero a veces, sin darme cuenta,
aprendo algo;
a veces, sin darme cuenta,
olvido algo.
Yo soy eso que aprendo y olvido
sin darme cuenta.
Beckenbauer- Así toda la tarde, mientras yo me deslomaba poniendo orden en el cuarto. Las cosas tienen que estar guardadas. No pueden estar a la vista, las cosas. El problema no es el desorden de ahora, sino hasta dónde el desorden puede llegar. El desorden hay que detenerlo cuando empieza. El desorden hay que anticiparlo. ¿Y a ti qué tal te ha ido?
María Luisa- Pues como todos los jueves.
Beckenbauer- Cafetería con tu amiga Angelines, como todos los jueves, de seis a ocho. Muy bien, ¿no?
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María Luisa- Sí, muy bien. Pero ya nos lo tenemos contado todo de todo.
Beckenbauer- Yo fui a misa y luego me reuní con el Coronel. Disculpa que no entre en detalles, María Luisa, no quiero comprometerte.
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