LO MODERNO
Higinio, asesor político
Fue un liberto de Hispania admirado por los filósofos, y consejero del emperador Augusto
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Iniciar sesiónEn época de elecciones y frente al atracón de visibilidad de los candidatos, a mí me fascina la figura misteriosa del asesor, siempre en la sombra, que bien merecería algún detalle que garantizase su posterioridad. Según datos oficiales, hay poco más de mil asesores ... en el Gobierno actual, o sea, diez centurias romanas. Con eso se conquistan las Galias y lo que sea. Me asalta la duda de las funciones imprescindibles del asesor, que además de la demoscopia y la telegenia deberá dominar, imagino viendo a nuestros políticos, pero sobre todo oyéndolos, el maquillaje facial, la moda o el lenguaje no verbal, entre otros temas.
Miro al cielo buscando respuesta en la noche oscura del alma y la encuentro: se trata del recuerdo de Higinio, aquel famoso asesor olvidado. Su nombre completo era Cayo Julio Higinio, un liberto de Hispania admirado por los filósofos e íntimo amigo del poeta Ovidio. La función principal de Higinio residía en asesorar al emperador Augusto quien, además de eximirlo de la esclavitud, le otorgó una libertad a la altura de su inteligencia: lo situó entre libros, capitaneando la Biblioteca Palatina de Roma.
Allí, el liberto asesor como un Borges romano, recorría los interminables pasillos marmóreos consultando los rollos de Apolodoro, Sófocles, Eurípides o Hesíodo, de los cuáles se sirvió para escribir sus famosas 'Fabulae'. Por las noches no descansaba, como haría cualquier funcionario u asesor. Al contrario; escribía su 'Astronomía Poética', un trabajo dedicado a los catasterismos o transformación de personajes de la mitología griega en estrellas, sin ser capaz de soñar siquiera con que esta obra se convertiría en la fuente de la que beberían las leyendas medievales iluminadas en los monasterios de la cristiandad con crípticas ilustraciones.
O sea que Higinio se convertiría también en asesor póstumo de los papas y reyes de Europa por espacio de mil años. Sigo mirando al cielo por encima de los carteles electorales. Allí arriba existe un cráter lunar llamado Hyginius en su honor, así como el asteroide 12155 descubierto en 1971. Y eso, para un asesor experto en catesterismos no deja de ser un rasgo de justicia poética.
Que no decaigan nuestros anónimos asesores. Con suerte y sororidad, alguna plaza, barriada o aeropuerto con su nombre les otorgará, como a Higinio, la inmortalidad.
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