'Mañana y tarde', de Jon Fosse: el esplendor de la prosa nórdica del último Premio Nobel

Como otros muchos compatriotas suyos, ambos nacieron bajo el peso y herencia esplendorosa de genios como Ibsen o ese sumo y magnífico patriarca de la incorrección que era Knut Hamsun, autor de 'Hambre' y del magistral ciclo de sus 'vagabundos'. También lo habría merecido, por supuesto, en su día, el malogrado autor sueco Stig Dagerman (1923-1954) del que recientemente ha aparecido en Nórdica su libro de raíz autobiográfica 'Memorias de un niño'.

NOVELA

'Mañana y tarde'

• Autor Jon Fosse
• Editorial Nçordica / De Conatus
• Año 2023
• Páginas 112
• Precio 18 euros

Unos autores, todos ellos , como el gran Bergman en su isla de Farö, vieron la luz en medio de una naturaleza tan abrumadoramente bella y salvaje, como desasosegante y no pocas veces escasamente consoladora, sobre todo si la vida transcurre en pequeños y solitarios parajes en los que se lleva una existencia exenta de grandes sucesos. Una existencia, sin embargo, sin cesar pespunteada por la magia de hermosos caudales de recuerdos, por ensoñaciones hipnóticas y por afectos leales y perdurables. Un mundo habitado a menudo por apariciones fantásticas y nostálgicas evocaciones. Así definió el filósofo Walter Benjamin aquel universo nórdico de autores como Hamsun: «El mundo primitivo de los fiordos —y las pequeñas islas— unido a la nostalgia de los trolls».

Ambos autores noruegos, Askildsen y Fosse, han sido los mejores exponentes en nuestros días de un prodigioso minimalismo metafísico y beckettiano, gozando de un enorme prestigio, aunque en ocasiones con públicos escogidos y de culto, en editoriales no siempre de tamaño gigantesco, como es el caso de la excelente De Conatus que durante tiempo, y con absoluta devoción, ha ido publicando en nuestro país la obra de este autor, Jon Fosse, llamado muchas veces maestro, u orfebre exquisito y admirable, de la soledad, de las 'variaciones sobre la muerte' del abandono, la angustia o melancolía dulce e incierta de un Más Allá presentido y vivido en cada pequeño gesto, hábito o diálogo cotidiano.

Considerado desde hacía tiempo uno de los autores más importantes de la actualidad, la obra de Fosse ha sido traducida a cuarenta idiomas y sus requeridas piezas teatrales han sido representadas en unas mil producciones diferentes a lo largo y ancho del mundo. Su carrera se inició en 1983 con la novela 'Raudt, svart' y desde entonces ha escrito más de cincuenta obras entre teatro, novela, poesía y ensayo. Su famosa 'Trilogía', una de sus obras más emblemáticas, está editada por De Conatus, que continuará con la publicación de su gran proyecto novelesco 'Septología', con cuatro tomos más.

En la bellísima novela ahora aparecida, 'Mañana y tarde' (publicada por Nórdica en colaboración con De Conatus) el mundo interior y exterior, el mágico y el real, el presente y el pasado, se mezclan sin cesar de una forma fascinante. Sin depender de una especial formación teológica o filosófica, nada más arrancar la historia vemos cómo, en el más austero y sobrio de los ambientes, las grandes cuestiones de la existencia surgen una y otra vez en las mentes de hombres sencillos, como es el caso del pescador Olai. Habitante de un pequeño islote aislado, Olai acaba de tener un hijo tardío, Johannes, cuyo nacimiento ha esperado con gran impaciencia. En su mundo escueto, de escasas palabras con los que le rodean, Olai mantiene debates continuos, medio paganos, con un Dios lejano en el que cree, pero ante el que no puede «fingir que no sabe y no ha visto» a través de un credo heredado («Dios es más bien de afuera de este mundo, es un Dios que solo se intuye al negar el mundo»).

Una vez fallecido Olai, su hijo, también pescador, Johannes, dejará el islote solitario («quedaba muy lejos de la gente») y se va a vivir con su mujer Erna y los siete hijos que tuvieron al pueblo cercano. Aunque ha seguido con la tradición, en determinado momento, Johannes siente que «el mar no lo quiere». Su amigo del alma, Peter, también se lo ha dicho, enjugándose las lágrimas. Las continuas conversaciones y diálogos que Olai mantenía con un Dios distante, alejado de la crueldad y las penas de este mundo, ahora las mantiene sin cesar Johannes con su amigo Peter.

Porque ahora Johannes vive sobre todo rodeado de ausentes y de fantasmas. También la ciudad, como le ha comentado Peter, tiene un aspecto fantasmal: «Johannes apenas recuerda haber visto la ciudad nunca tan muerta, bueno, sí que hay algún que otro barco atracado, pero parecen vacíos, Peter también se dio una vuelta por la calle Mayor y tampoco había nadie».

Entre la vida y la muerte, con la rutina y los afectos que le daban forma y sentido a su vida, Johannes va preparando su adiós de ese mundo pequeño y reducido en el que creció, maravillosamente descrito por Fosse. Un mundo no exento a pesar de su aparente simplicidad, a cada paso y momento, de pequeñas e imperceptibles mutaciones, de secretos y misterios de una profundidad, dulzura y emoción indecible.