Cinco minutos de gloria
ARCO, parole, parole...
Los pasillos de la feria son cotillas, muy cotillas. Lo mismo susurran rumores que desmienten certezas
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Iniciar sesiónY llega ARCO y van… no sé cuántas. Ni se las cuento ni se las voy a contar. Nada más aburrido que el egocéntrico ejercicio de narrar al estilo de ese «yo estuve allí…» o «yo me encontré con…» o «yo entrevisté a…». Sí algo ... queda claro a estas alturas del discurso y del debate es que se avecina el primer ARCO, desde hace quince años, en el que no veremos a Manuel Borja-Villel culebrear por los estand, cuaderno en mano y sonrisa misteriosa en los labios -sin soltar palabra-, como director del Museo Reina Sofía. Pero nunca una ausencia va a estar tan teñida de su presencia. Algunos/nas ya nos preguntamos si no le echaremos de menos. Si el futuro será más incierto que el pasado. En los pasillos de esa feria no se va a hablar de otro asunto: las especulaciones sobre quién le va a suceder en el cargo, quiénes se presentan a la sucesión y quiénes prefieren abstenerse. Los pasillos de la feria son cotillas, muy cotillas. Lo mismo susurran rumores que desmienten certezas. Lo mismo sirven de lanzadera para postular una candidatura a 'alcaldable' de lo que sea que tiran por tierra esa misma candidatura en cuestión de segundos. Aquí se escenifica en primera persona el teatrillo de los postulantes y de los anti casi todo como no sea de su propia causa. Pasen y escuchen entre bambalinas. No olviden que estamos en año electoral con sus guerras intestinas de fondo. A veces, los pasillos de ARCO se dibujan como laberinto de lamentaciones, de letanías, de encuentros y desencuentros. A veces, los pasillos de ARCO son como los pasadizos romanos donde se asesina a traición por un pedazo de pan, por un puñado de efímera fama artística. A veces, se espera tanto de ARCO, como si fuera o llegara el fin del mundo, como si fuera la última cita de nuestras vidas, que al final uno/a se va casa solo y a solas con el cansancio a cuestas y nada que llevarse a la boca. A veces, uno/a quiere a ARCO tanto como le tiene inquina. ARCO, parole, parole… que cantara la gran Mina.
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