Palabras contadas
El tiempo sellado
León de Aranoa se convirtió en la sombra Sabina, le acompañó en sus momentos de exultante creación, en las noches canallas de juerga mariachi
Me gustan los juegos de manos con el tiempo de los cineastas. No me refiero a la duración, que es cosa del montaje, ni siquiera al ritmo, que va más allá. Soy un buen fan de Richard Linklater desde ‘Antes de amanecer’ y siempre ... me asombró su paciencia, la decisión de esperar y de permanecer fiel a esa espera, hasta que se produzca lo que quiere retratar. Un acecho tranquilo al azar, el de un cazador, o más bien un paciente pescador de momentos. Así filmó ‘Boyhood’ el texano, esperando a que sus actores crecieran, de año en año.
El mismo truco ha empleado Fernando León de Aranoa con Sabina en ‘Sintiéndolo mucho’. Trece años de filmación. Y qué sorpresa. Se convirtió en la sombra del cantante, le acompañó en sus momentos de exultante creación, en las noches canallas de juerga mariachi, el día del llanto por la cornada a José Tomás en Aguascalientes, el de la torta en el Wizink… El resultado es hermoso y valiente. Todo puede verse o intuirse, el ascenso y los tropiezos del corazón, el paso del tiempo, que se palpa tanto en la voz de uno como en la mirada del otro. La amistad se imprime sobre las ojeras, con vistas a la vida, los sueños y ausencias, la música, los toros, las drogas... con la que está cayendo. Una manera de ser. Y todo desaparece entre tabaco y tequila. El tiempo es la entelequia. El juego de manos.