Palabras contadas
The Office (Moncloa season)
La cultura es pobre, infravalorada y sometida a una altura de miras comparable con la de la empresa Dunder Mifflin, la de la serie 'The Office'
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Los síntomas eran claros: una querencia al silencio de los antiguos amigos, que ya no llamaban tanto, ni para pedir qué hay de lo suyo ni para traer ideas y chismes. La preocupación era creciente. Por eso, casi tres meses después de entregar el Ministerio ... de Cultura a Sumar, y pasadas dos semanas de la comparecencia de Urtasun en el Congreso, donde los socialistas reconocieron al ministro como dueño de la percusión legislativa y de la trompetería mediática, Pedro Sánchez ha puesto un remedio a esa pérdida de espacio: crear una oficina de Cultura en Presidencia. Manuela Villa es la jefa —directora general— de esta nueva temporada de 'The Office' en Moncloa.
Esto tiene aspecto de control de daños, aunque servirá para minar el afán provocativo del grupo que lidera Yolanda Díaz, que valora Cultura como su principal plataforma en el Gobierno. El problema es lo que todo esto significa. Aunque no hay monaguillo que no repita en misa que «la cultura en España es de izquierdas», lo único que percibe el observador neutral es el mercadeo de todos los grupos con este ámbito de fotos y palabras amables, cómicos dúctiles e industrias flacas.
Más que zurda, la cultura es pobre, infravalorada y sometida a una altura de miras comparable con la de la empresa Dunder Mifflin, la de la serie 'The Office'. Basta ver algún episodio mítico, como el del simulacro de incendio, para comprender: ¿qué puede salir mal? Nunca un clásico de la tele ha encarnado mejor la pequeñez de la política española frente a la potencial grandeza de la cultura. Las causas míticas de izquierdas no gestionan, ni tapan la indisimulada ambición de quien mueve los hilos.
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