PALABRAS CONTADAS
Hemingway y el ocaso
La cineasta Paula Ortiz acaba de estrenar una película que nadie debería perderse: 'Al otro lado del río y entre los árboles'
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La cineasta Paula Ortiz acaba de estrenar una película que nadie debería perderse. Es uno de esos filmes que emergen de un libro formidable, una de las últimas novelas de Ernest Hemingway, de título paisajístico: 'Al otro lado del río y entre los árboles'. ... Su historia encierra el retrato de un guerrero crepuscular, un hombre en declive que se pregunta si sus luchas, su vida, han valido la pena, y que parece un calco del escritor más 'cipotudo' del siglo XX.
El libro contiene, o tal vez libera, un gran amor, porque tiene sentido, a veces, un gran amor flaco de esperanza. Hay que ser valiente, como la cineasta que se atrevió a rodar 'Bodas de sangre' de Federico García Lorca (en 'La novia') para abordar, en estos tiempos, entre tambores de guerra, esta novela de un autor tan cancelable, tan siglo XX.
Lo hace desde la conciencia total de una mujer del siglo XXI y con una sensibilidad extrema por aquello que nos resulta antagónico, contrario; algo que nos desafía pero también arroja luz sobre lo humano que nos cuesta percibir, sobre las caras ocultas de nuestra luna propia.
El resultado es puro asombro, por el blanco y negro de la fotografía de Aguirresarobe, por la Venecia fantasmal de los confinamientos en que fue rodada, por la dirección inefable, y por el magistral Liev Schreiber y la maravillosa Matilda de Angelis, los protagonistas, que juegan con nuestros ojos y nos obligan a mirar de frente a ese crepúsculo veneciano tan confuso, a la certidumbre de que no podemos distinguir bien entre el amanecer y el atardecer, porque son el mismo juego de luz en los canales.
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