palabras contadas
La biblioteca
Con las manos ensangrentadas, Pinochet ordenaba abrir los libros de Pablo Neruda para humillarlo y de paso rebuscar culpas sin posible defensa
Nunca podremos borrar la imagen miserable de los soldados entrando a registrar la casa y la biblioteca del poeta y Nobel Pablo Neruda, enfermo terminal de cáncer por entonces. Ocurrió nada más triunfar el golpe de Augusto Pinochet, en septiembre de 1973. Con las ... manos ensangrentadas, aquel dictador ordenaba abrir los libros del poeta para humillarlo y de paso rebuscar culpas sin posible defensa.
¿Asesinaron a Neruda? Aún no sabemos toda la verdad. Tampoco podremos borrar la imagen miserable que viene de los soldados entrando a requisar la casa y la biblioteca del escritor y premio Cervantes Sergio Ramírez, cuyos bienes han sido confiscados por las manos manchadas de sangre del nuevo dictador centroamericano, Daniel Ortega, las mismas que han ordenado humillar a los disidentes, y han tomado medidas para su muerte civil, retirando incluso la nacionalidad de quienes no comparten el delirio sandinista sin importar lo que han hecho por Nicaragua.
Quien no pueda ver un paralelismo exacto entre estos dos actos liberticidas, separados por 50 años y todo el campo que separa los extremos ideológicos desde la extrema derecha a la extrema izquierda, debería hacérselo mirar. Hay que llamar a las cosas por su nombre y actuar en consecuencia. La biblioteca es el corazón de los hombres y mujeres de cultura, y la dictadura es el infierno desatado contra el otro.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete