Proisraelíes compran la Meca del pañuelo palestino

Pues bien, andan los peces de las redes revueltísimos porque este fondo KKR además también destina sus millones a compañías israelíes en ciberseguridad militar y controla otro grupo vinculado a la oferta inmobiliaria en zonas ocupadas palestinas (Idealista son unos pringados) y hasta su fundador es un importante donante del partido republicano con un millón de dólares a la campaña de Donald Trump en 2016 y en 2024 a Nikki Haley, exembajadora ante la ONU, que sobre los ataques israelíes a Gaza apuntó: «Acaben con ellos». Y ahora nos quieren poner a bailar. Si esto no es versatilidad...

Una cintura inversora que, en su hora D, se deja de zarandajas. Aquí tenemos a Atresmedia, que tiene una cadena de tele de derechas y otra de izquierdas, en una cima del saber rentabilizar las pulsiones humanas, una matriz con dos manos que nos provee de cucharaditas ideológicas según la sangre caliente hacia un lado u otro. Pero es que aquí ya llegamos a la bicicleta de Lamine Yamal de la relatividad.

Una empresa proisraelí que compra el Paraíso del pañuelo palestino y la Meca del rock calimochero contestatario llamado Viña Rock. No sabemos qué peaje va a tener este destape en las bandas que actúan y en su público de miles de personas, pero por la otra acera no ha importando, aunque suponemos que iba en el pack de compra, pero es que igual ni sabían bien de lo que iban a ser dueños, que ya por otro lado pertenecía a los tales Superstruck Entertainment que igual te pinchan heavy que electrónica.

O quizá se viene la colonización del Viña, un nuevo aire... porque, si el partido anticapitalista fuera rentable, el capitalismo no invertiría ¿hamás?... ¿digo jamás?