Larra en África: Ousmane Sembène

Hijo de un pescador de Zighinchor, cuando el país aún era colonia francesa, a Sembène se le considera el padre del cine africano y el más importante director en la historia del vasto continente. Murió hace 15 años, con su Medalla de la Legión de Honor de Francia. También participó en la liberación del París nazi con el cuerpo de Tiradores Senegaleses en 1944. Y se quedó laborando en la Ciudad del Amor como precario estibador. Una lesión de espalda le tuvo seis meses en cama, y leyó. Y se dio cuenta que nadie contaba su tierra, mayormente analfabeta, así que el cine era el Modo. «Mi público es África. Occidente y el resto son mercados. No uso nunca métodos de Hollywood o el cine europeo. Mi meta es crear un lenguaje fílmico africano».

'La negra de…', su primer largo, es considerada la primera película africana de la historia. 1966, nada menos. La escena final atiza que ni Mike Tyson. Luego hizo 'Mandabi', una especie de 'Vuelva usted mañana' en Dakar que globaliza el 'bdsm' kafkiano al que nos place someternos a los humanos con la burocracia 'all around the world'. Larra en Senegal, Larra en el Metaverso, Larra en la Luna. Aunque lo más duro son las reflexiones de fondo: «En este país sale mejor ser estafador que buena persona». Sembène decía que «la ayuda humanitaria es lo peor» y mostraba un África ajena al cliché de multitudes pidiendo limosna. Personajes que rechazan bizums espurios. El continente olvidado no olvida.