ANTICASITODO
Una historia abyecta con jesuitas
El 'Diario de Mallorca' informa de un relato indigerible para el estómago mental medio

«Uy, por mí no te tienes que preocupar. Esto yo lo hago porque tú necesitas sexo, ya me he confesado y estoy perdonado», dice el religioso al lógico 'vade retro' de su interlocutora: «No me puedes tocar, estás pecando, tú has prometido celibato». En ... teoría, el capellán acude al hospital a darle apoyo espiritual a la paciente. 1994. Acto 1.
'Flashback' a 1985. Coro de la Congregación Mariana en el Colegio Montesión, Palma. Una chica de 15 años se apunta a cantar. Con el jesuita que dirige al grupo se crea una relación de confianza, y la adolescente le revela los abusos sexuales de su progenitor. El cura le invita a tocar un día el órgano, porque sabe que a la joven le gusta mucho la música. Allí, el sacerdote tapa el instrumento y la guía a otra salita. La somete. Acto 2.
Ahora es 1988, en un campamento un tercer cura la agrede sexualmente en una habitación rodeada de bebés y niños de hasta siete años. En otras ocasiones después, ocurrirá en el mismo despacho en el que el pastor del acto 2 ejecutaba sus abusos cuando ella era menor. Acto 3.
Esto no es una obra de teatro inmoral, o escenas de una película de Paul Schrader, Haneke o Pasolini imaginando pesadillas para sus 120 en Saló. Es 'El adversario', siempre presunto, de Carrére en Baleares. Se ha denunciado, se ha investigado internamente y se ha reconocido. Y lo aquí plasmado son solo migajas de infamia, acudid al 'Diario de Mallorca' para leer más ampliamente un calvario propinado en comandita por siervos de Dios que podría entrar en los anales de la 'Historia de la Abyección'.
Cuesta digerir el relato que ha dejado a la víctima, que ahora tiene 50 años, con un grave trastorno psíquico que derivó en una incapacidad del 68% y la invalidez permanente, una enfermedad cuya raíz está en los abusos en su infancia de su padre y que los jesuitas, que lo sabían todo, agravaron. Y el tercer párroco igual y durante tres años, con ella ingresada en terapia por este machaque contra su rota persona.
La Compañía de Jesús ha admitido los abusos y agresiones sexuales a esta mujer mallorquina a lo largo de tres décadas por dos de sus sacerdotes y les aplicará medidas. Ellos han pedido perdón. No se les expulsa.
El tercero está encausado ante el Obispado sin aún respuesta. Desde hace unos días todos tienen también una denuncia penal. ¿Compartían información sobre la víctima? ¿O era instinto violador que huele la máxima vulnerabilidad?
Conocí a uno de ellos. De hecho, es la comidilla con la gente del colegio en el whatsapp, que echa humo. Y una coletilla recurrente: «No me sorprende».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete