Javier Map: «Mi trabajo genera una iconografía de lo accidental y del colapso, también mental»

Qué le interesa. Mis proyectos son multidisciplinares, aunque me considero escultor más que otra cosa. Mi obra, aunque de una forma velada, se nutre de referencias autobiográficas. Entiendo el arte como medio para desencadenar experiencias propias, para situarme en el mundo y resolverme en él.

Mi trabajo consiste en la creación de una especie de iconografía de lo accidental, del colapso y de cuestiones psicológicas. En los últimos años me he visto reflexionando desde la escultura sobre cuestiones como el FOMO (de las siglas en inglés 'Fear of Missing Out'), la ansiedad o el autosabotaje. Para ello suelo partir de referencias visuales.

Por ejemplo, me valgo de los dispositivos de seguridad aeronáutica —como los chalecos salvavidas o las mascarillas de oxígeno— para tratar conceptos como la respiración, la insuflación, la estanquidad o la flotación, todo referido a una búsqueda de supervivencia. También me gusta incluir elementos paisajísticos o derivados atmosfericos —como las fulguritas—, asi como otras entidades: ciertos animales marinos ­—como las mantarrayas­— por su cualidad para suscitar asombro y misterio. Con esto se genera una vía de escape para una obra que es bastante introspectiva.

De dónde viene. Entre otros sitios, he expuesto en Galería JM (Málaga), Casa Sostoa (Málaga), Wadström Tönnheim Gallery (Marbella), RARA Residencia (Villanueva del Rosario), galería Espacio Cero (Huelva) o Islington Art (Londres). Como artista incluido en premios y certámenes, se ha podido ver mi obra en lugares como el Hospital Real (Granada), el Centro Párraga (Murcia), el CAC (Málaga), o el Museo Provincial de Jaén.

Destacaría mi exposición' Pneuma. Respiración y lentitud' en el Centro José Guerrero de Granada, como parte del programa FACBA. También mi última individual titulada 'Flotación y subterfugio', proyecto premiado con la Beca Daniel Vázquez Díaz para cuyo catálogo tuve la suerte de contar con un maravilloso texto de Fernando Castro Flórez.

Supo que se dedicaría al arte desde el mismo momento que… Decidí estudiar Bellas Artes. Al finalizar el instituto tenía un importante cacao mental, debatiéndome entre otras opciones como el Derecho o la Psicología. Al final se impuso lo que más me llenaba, una decisión que sigue ahí y que marca la vida. De pequeño era muy imaginativo, podía pasarme horas yo solo en mis mundos creados. Además dibujaba bastante en clase como una vía para perderme en mis ensoñaciones.

¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? No sé si 'raro' es la palabra, pero relacionado con el ámbito creativo, he impartido talleres de arte y también he sido montador de exposiciones. He sido diseñador gráfico y (aunque poco tiempo) decorador en bodas. Luego —en relación a artes diferentes a las plásticas y visuales— puedo contar que en la adolescencia cantaba en un coro, y un par de veranos nos seleccionaron a unos amigos y a mí como coralistas en una zarzuela donde nos sacamos un dinerillo. Eso sí puede que sea poco común.

Su yo «virtual». Aunque estoy intentando reducir las horas en redes, la que más uso sin duda es Instagram (@javier_map). Es la que tengo más al día, subiendo imágenes tanto de obra terminada como de algunas de proceso. También es en la que más interactúo. Aparte tengo Facebook, que uso menos y una web, javiermap.com, que intento mantener actualizada.

Dónde está cuando no hace arte. Últimamente estoy descubriendo la cerámica y, desde que fui padre, soy cuentacuentos casi a diario. De hecho, recientemente he terminado de crear un cuento infantil ilustrado, que espero poder publicar pronto. También diseño camisetas, doy talleres de arte y charlas educativas, pero en estos momentos destacaría que he regresado a la escritura de poesía, algo que hice y mucho en mi adolescencia, que continué muy intermitentemente en mi juventud y a lo que ahora empiezo a dedicar muchos ratos semanales, pues lo que escribo conecta de forma directa con mi trabajo visual.

Le gustará si conoce a... Podría mencionar muchos referentes, entre otros, a Joseph Beuys, Eva Hesse, Bruce Nauman, Joseph Kosuth, Juan Muñoz, Rebecca Horn, Mona Hattoum, Matthew Barney, Louise Bourgeois o Jimmie Durham. De entre mis colegas generacionales, por referir a alguno, me gusta mucho lo que hacen Álvaro Albaladejo, Sahatsa Jauregui, Laia Estruch, Pablo Capitán del Río, June Crespo, Eugenio Rivas y Roberto Urbano.

Qué se trae ahora entre manos. Ahora estoy sobre todo redactando mucho para proyectos y convocatorias. También dibujando e ideando piezas nuevas, dando continuidad a lo anterior. Estoy introduciendo nuevas capas de lectura en el cuerpo de trabajo, llevándomelo a un terreno más psicológico. Tengo muchas ganas de mostrar las cosas nuevas. De momento, se puede ver mi trabajo en la selección del XVII Premio La Rural, en Jaén, que pronto itinará a otros puntos de esa provincia.

¿Cuál es su proyecto favorito hasta la fecha? La verdad es que estoy satisfecho de mis últimos proyectos y quizá la serie 'Pneuma' es la que más me representa por ahora. En particular pueden resultar llamativas las piezas hinchables, como 'Lifejacket 5 y 8', que 'respiran' conectadas a un circuito neumático automatizado.

¿Por qué tenemos que confiar en él? Es difícil responder a esto sin caer en la autocomplacencia. Diría que trato de no ir por derroteros efectistas y tampoco actitudes impostadas. Para mí, aunque resulte una obviedad, es fundamental mantenerme en un constante ejercicio de sinceridad en lo que hago. En ese sentido, estoy siempre atento a que mis trabajos conserven cierto grado de crudeza. ¿Algo nuevo? No sé, pero si mi trabajo pudiera aspirar a aportar algo novedoso —cosa poco probable en nuestro tiempo— esperaría que fuera ante todo por ser honesto con mi propia historia personal.

¿Dónde se ve de aquí a un año? Supongo que seguiré en Mazagón —como base— y ojalá que sea creando y con proyectos expositivos siempre a la vista. Resulta muy incómodo y desconcertante cuando se está produciendo desde la invisibilidad. Algo que creo que nos sucede a veces a algunos artistas de nuestro contexto.

Defínase en un trazo.

¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? Es la pregunta más complicada. Me vienen muchos amigos y colegas a la mente, por lo que daré dos nombres en vez de uno: Pablo Sandoval, que está desarrollando una obra super interesante; y Daniel S. Pérez, que da gusto cómo piensa.