Javier Garcerá invita a los curiosos a flotar y no estarse quietos

Conseguir un momento para hablar con el autor de esta monumental obra entre coleccionista y galerista es una tarea difícil, pero busca un rato para sentarse con ABCdeARCO cada vez que el ritmo de los profesionales desacelera y puede hacer una pausa.

«Esta obra tiene distintos niveles de comprensión: son capas de sentidos», explica el artista. «En un primer golpe de vista, se muestran dos espacios de arquitecturas. En el primer cuadro hay un salón. Es un espacio muy amplio y lujoso. En ese momento está abandonado, como en ruinas. Pero en la mesa sigue habiendo copas de vino, enseres, comida… de haberse celebrado una fiesta recientemente», detalla Garcerá. Es un espacio que no tiene actualidad, pero que sigue teniendo vida.

Por otro lado, en el otro extremo, en la pared enfrentada en un ángulo de 90 grados, se puede observar a un perro en un ambiente mucho más austero. El pastor belga observa la lujosa habitación desde la ventana que da al exterior. Ha pasado de un escenario a otro a través del bosque, que se aprecia en la parte central del políptico. Este animal ha realizado, en palabras del autor, «un viaje iniciático». Esto es, un viaje hacia su interior. «A partir de ahí, lo que vemos es un perro que mira a donde estaba al principio, y que lo observa con atención, porque la obra lo que pretende es despertar y defender la atención como instrumento de cambio», cuenta Garcerá.

El valenciano explica que su pieza está recibiendo una buena acogida por parte del público. «Hay mucha expectación, numerosas enhorabuenas a la obra. Es un montaje que también sobresale», comenta. Entusiasmado, a la par que calmado, el artista espera que su obra «guste y que a la gente le despierte la curiosidad y quiera también ver más trabajos míos». «ARCO es una buena oportunidad para mostrar una obra que se creó para ser expuesta en un museo [se refiere al CAB de Burgos, que la ha adquirido para su colección]. Aquí [en la feria] la van a poder ver más personas, y eso es lo que a mí me interesa: que mi trabajo llegue al máximo número de individuos posibles», comenta este artista.

En esta obra, Garcerá muestra su posicionamiento ético y político en referencia a cómo entiende la capacidad de atención, cada vez más perdida. De ahí su título, 'Dejarse quieto Flotar', verso de María Zambrano. Eso es lo que pretende con los espectadores, que aquel que observe «no se imponga a la obra. Que reciba y observe la misma a través de los flujos que transmite su luz, sus ritmos…», precisa el valenciano.

No es principiante en ARCO: «Esta es mi duodécima vez exponiendo alguno de mis trabajos». Aunque llevaba sin acudir a la feria desde el año 2015 con la galería Álvaro Alcázar. También ha participado con galería María Martín y Espai Lucas. Se ríe cuando se le pregunta que podría considerarse ya un veterano. No lo niega, pero tampoco lo cree. Tampoco es su primera vez en el estand de ABC Cultural: «Participé en la feria en el 2000 cuando este diario traía a ARCO el Premio ABC de Pintura. Me hicieron una mención honorífica y por eso se expuso en este mismo estand hace 24 años mi trabajo», comenta. Aunque fue algo puntual, hoy está agradecido de volver de la mano de este periódico. Y viene con una gran apuesta, pues se presenta autónoma (el resto de la serie no se ha presentado) y ocupa más de nueve metros.

Garcerá destaca de su propuesta algo esencial que también está presente en el resto de sus proyectos: «El uso de elementos biográficos». «El perro que aparece es mi pastor belga, Metta, y el paisaje está inspirado en un lugar que suelo frecuentar en busca de inspiración: la sierra de Gredos, en Mijares», explica el valenciano.

Este no es el único premio que ha recibido el artista. Su estantería de galardones la comparte con otros prestigiosos como el Premio del Senado de Pintura, el Premio Bancaixa, el Premio Senyera, el Premio Josep Segrelles e, incluso, menciones de honor en la XVII Bienal Ciudad de Zamora. Esto se debe a su gran trayectoria profesional en el mundo del arte. Ha desarrollado su trabajo en París, Nueva York y Montreal, lugares que le han permitido mejorar su habilidad para desarrollar tanto una actividad artística a nivel internacional como una reflexión teórica sobre los temas que trata en sus trabajos. Su lista de exposiciones es tan larga como la de sus proyectos.

«ARCO es la cita anual en el mundo del arte en España, con una fuerte proyección internacional», opina el artista sobre la feria. Hoy comparte en ella espacio con alumnos suyos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga. «En lo que llevamos de feria han venido muchos de los artistas a los que he dado clase y ahora están trabajando profesionalmente». Se acuerda de tres: Paloma de la Cruz (artista que representó a ABC Cultural en la pasada edición de ARCO) en T20; Federico Miró en F2 Galería, y Julio Anaya en ADN Galería. «Tenerles aquí es una alegría para mí», relata Garcerá.

Todo aquel que quiera dejarse atrapar por esta enigmática pieza de temple acrílico sobre seda roja tiene hasta el domingo para pasarse por el estand. Garcerá estará allí. Luis y Consuela, paisanos del valenciano, ya han pasado por la sección, calificando la obra de «maravillosa». Hasta que la feria acabe, no hay otra cuestión en la que pensar. Ni siquiera en los nuevos proyectos que van a venir este 2024. «Seguiré trabajando después de ARCO. Tengo una exposición colectiva en mayo en Madrid y el resto de proyectos irán saliendo», finaliza, yéndose a atender a más curiosos.