AQUÍ AL LADO
Nacho Ruiz, de cara a 'La galería'
La mitad de T-20 deja por escrito (editorial La Fábrica) lo que han dado de sí dos décadas y media de historia de una galería que hace centro de la periferia
Nacho Ruiz y Carolina Parra, galeristas de T-20
Nadie dijo que sacar adelante una galería fuera fácil. Menos, que ese trabajo se desarrollara con éxito durante 25 años, marca alcanzada ahora por la murciana T-20, además desde ese contexto al que a veces nos referimos despectivamente como 'la periferia'.
Tampoco nadie señaló, ... pero es un acuerdo tácito, que el galerista no pudiera escribir. Tenemos ejemplos en nombres propios como Vollard y Kahnweiler, y por estos pagos, Soledad Lorenzo (relatándoselo todo a Antonio Lucas) o Pedro Marín Boza (que ha estudiado sus tejemanejes y su funcionamiento). Lo recuerda en el arranque de 'La galería' (La Fábrica) Nacho Ruiz, la mitad de T-20, que se atreve a 'contravenir' la orden y narrar en primera persona lo que ha dado de sí estas dos décadas y media de ejercicio de la profesión.
No es Ruiz nuevo en estas lides de 'dejar por escrito' lo que sabe (que es mucho) y lo que piensa (que siempre es interesante), de forma que 'La galería' trasciende una historia personal para convertirse en una jugosa crónica de los últimos 25 años del arte español, en un relato por el que pululan viejos (y nuevos) conocidos, trufados entre los 'grandes acontecimientos históricos' que no dejamos de vivir desde que se cayeron las Torres Gemelas y que, obviamente, impactan en un negocio como el suyo.
Al autor hay que reconocerle su estilo llano –en absoluto, populachero– y lleno de rock & roll; su capacidad para rebajar el tono de lo solemne y convertir en prodigioso lo más anodino. También la sinceridad, y que no sea esto un cúmulo de 'buenos titulares': hay también en ello un puñado de confesiones de momentos de bajar al barro.
Ahora que la galería, la de paredes y cimientos, abre segunda sede en Madrid y se inicia unanueva era, animamos a Carolina Parra, la otra mitad de esta dupla profesional y personal, a proseguir el discurso, o contarnos estas dos décadas largas desde otra perspectiva. Como si fuera un 'spin off' de una de esas series de Netflix que nuestro protagonista tanto disfruta.