El IVAM vuelve a abrirse a una generación de creadores jóvenes para tutorizar su proceso artístico

El programa 'Art i Context' afronta su segunda edición con la intención de consolidarse entre los creadores emergentes valencianos. Seis artistas de entre 25 y 32 años -uno más que en la convocatoria anterior- se ven respaldados por un equipo de curadores y comparten con él su proceso creativo durante dos años en los que se programan actividades públicas –talleres o conferencias– para culminar con una exposición final en el IVAM, en la que se exhiben los trabajos producidos en ese tiempo.

El objetivo, en palabras de la directora del museo, Nuria Enguita, es «generar un espacio de intercambio, de escucha y acción en una generación con referentes muy precisos que se mueve, sobre todo, fuera de las instituciones». «En el IVAM entendemos la cultura como un bien común imprescindible, y trabajamos intensamente en reforzar el vínculo con el contexto local, para hacer de nuestra institución un espacio abierto al diálogo, vivido y habitable», explica.

Esta edición de 'Art i Context' se desarrollará hasta 2025 y acaba de arrancar con un 'Berenar' sobre el boceto, una conversación informal con figuras relevantes sobre una práctica artística y sus procesos, interactuando con el público.

En los próximos meses los jóvenes artistas Bella Báguena, Pablo Bolumar, Marco Henri, Gema Quiles, Sandra Mar y Juan de Dios Morenilla se centrarán en cuestionar la definición de 'arte', sus límites y connotaciones. Esta selección de creadores supone conectar el mundo de la pintura o la escultura, campos tradicionales de las bellas artes, con otras disciplinas como el diseño industrial, el sonido o la performance. Para ello, se han puesto en manos de un equipo curatorial de su misma generación formado por Bartolomé Limón, Elena Sanmartín, Ali A Maderuelo y Julia Castelló.

«Tienen líneas de trabajo completamente distintas a las de la primera edición, por lo que es casi como empezar de cero. Vamos a ver qué plantean y qué podemos sacar de ellos», comenta Castelló en conversación con ABC. «Están bastante abiertos a experimentar con otros medios y a salirse de lo que están acostumbrado a hacer. Alguien que tiene más de experiencia es un poco más hermético en eso y cuesta empujarle a que, por ejemplo, si trabaja en un medio pictórico pruebe con el sonido», apunta.

«Se trata de generar contrastes. Intentar combinar y mostrar técnicas y acercamientos a lo creativo que no necesariamente tengan que ser artísticos. Es un ejercicio de intercambio con los artistas y en cada proyecto que hacemos aprendemos algo completamente nuevo», añade Maderuelo.

A los ejercicios individuales de cara a las actividades que se realizan y a la exhibición propia final, se suman las reuniones de grupo, de donde se espera que surjan ideas colectivas para exprimir su potencial a todos los niveles. Será una de las cuestiones en las que se incidirá más ahora, sin una pandemia que condicionó las primeras actividades de la anterior convocatoria. La colaboración artística entre ellos está abierta desde el primer momento, aunque todavía se están descubriendo los unos a los otros.

Ambos comisarios ya formaron parte del equipo curatorial de la primera edición, que empezó en 2021 y culminó en octubre, aunque la publicación no saldrá hasta enero. Haciendo balance coinciden en que la confianza de la dirección del museo ha sido clave en su éxito. «Ha sido un gustazo ver cómo la gente respondía a cosas completamente diferentes a lo largo del programa. Ha movido a públicos muy diversos y eso nos enriquece muchísimo. Los artistas ven cómo su trabajo puede funcionar con un público al que puede que no estén acostumbrados o pensaban que no les pudiese interesar. Cada uno nos ha ido mostrando algo y ha tenido un impacto en la producción final de todos», señala Ali A Maderuelo.

En ese sentido, incide en la importancia de ver cómo los artistas se han ido adaptando a los requerimientos de la institución y cómo ésta también se ha adaptado a ellos en la medida de lo posible. «El ejercicio de acercamiento entre estas dos partes, como comisarías, es clave en nuestra táctica», subraya.

Cumplen, además, una de las aspiraciones que cualquier artista tiene en su etapa de estudiante: poder expresarse en la principal institución de su ciudad. «El IVAM da la oportunidad tanto a jóvenes que ya tiene un recorrido prácticamente estable en galerías, como a otros que no tanto. Compartir y hacer ese seguimiento con ellos, llevarlos a la institución y que puedan vivir eso es muy positivo», zanja Julia Castelló.

Bella Báguena (València, 1994) es una artista trans femenina que trabaja con diferentes disciplinas como la música, la performance o la joyería. Su producción se genera utilizando su voz, su movimiento corporal, así como objetos, espacios y técnicas, para crear piezas en las que la expresión emocional y de pensamiento son clave. Báguena fue seleccionada como artista SHAPE 2023 y ha presentado sus espectáculos en instituciones como La Casa Encendida (Madrid), CCCB (Barcelona) y Palais de Tokyo (París).

Pablo Bolumar Plata (Horta Nord, 1996) es ingeniero de diseño e investigador especializado en la transformación de materiales. En sus proyectos estudia la ecología de los materiales y sus flujos, desgranando las narrativas y procesos del mundo físico a través de los artefactos materiales que median las relaciones humanas con el entorno. Su trabajo está íntimamente ligado al sector primario y a la extracción de materias primas, como la minería o la apicultura. Su obra ha sido expuesta en galerías de arte como Carlota Oyarzun (Copenhague), Lugar Usual (México) o en instituciones como Acción Cultural Española.

Juan de Dios Morenilla (Caravaca de la Cruz, 1992) es un artista pictórico cuyo trabajo asume distintas líneas estéticas y referencias a la historia del arte y a la cultura pop, principalmente al cómic y al cartoon. Ha participado en varias residencias artísticas en España, como la de la fundación Antonio Gala para jóvenes creadores en Córdoba, y ha expuesto en colectivas en The Hole (Nueva York), Tuesday to Friday (València) o Christie's (Londres), y, recientemente, en individuales en Galería Punto (València) o Galería Veta (Madrid).

Marco Henri (Metz, 1998) es un productor musical y diseñador de sonido que desarrolla proyectos artísticos conducidos por el ruido, la visceralidad emocional y la postironía. Su trabajo se materializa en la presentación de piezas sonoras en directo, publicación de música, sesiones conceptuales de DJ y sonido para campañas de publicidad. Ha formado parte de proyectos como el colectivo de música club Rally o el grupo de música pop Ultralágrima. En el ámbito comercial, ha trabajado para marcas como Balmain, Adidas o Jean Paul Gaultier.

Sandra Mar (València, 1995), una artista que entiende el barro como un lienzo, este material acaba convirtiéndose en un soporte más para sus dibujos y escritos. El elemento central de su obra es la poesía, especialmente aquella que se pregunta acerca del amor, el deseo y los afectos. Su trabajo se ha mostrado en exposiciones colectivas como Hard Counter Club (Zape, Alboraya, 2021) o Panorama #6 (Galería Fran Reus, Mallorca, 2023). La sangre, los ojos o el ramillete (Galería Rosa Santos, València, 2023) es su primera exposición individual.

Gema Quiles (Vila-real, 1994). Su trabajo, centrado en pintura y escultura, reflexiona acerca de la reinterpretación de la realidad y la creación de espacios propios a modo de refugio. Quiles recurre a un imaginario basado en elementos característicos de la naturaleza para crear este espacio de evasión que tanto la artista como el espectador transitan y habitan. Ha expuesto sus proyectos en Volta Art Gallery (València), Tuesday to Friday (València), La Causa Galería (Madrid) y We Collect (Madrid).