LA DOLCE VITA
La isla hacia el paraíso
En 'Ellis Island', Georges Perec nos sumerge en un relato estremecedor y lúcido sobre los emigrantes europeos que llegaron a Estados Unidos
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Iniciar sesiónEntre 1880 y 1930 millones de europeos viajaron hacia la Tierra Prometida. El ensueño. El lugar en el que las calles eran de oro y la comida caía del cielo. Las dos entradas que recibieron a esos millones de seres errantes y esperanzados fueron, ... al norte la isla de Ellis en Nueva York (Estados Unidos) y el Hotel de Inmigrantes, al sur, en Buenos Aires (Argentina). Las dos naciones que no eran ya una promesa surgida de los libros, sino una realidad tangible.
'Ellis Island' (Seix Barral) de Georges Perec (París, 1936-1982), es un relato estremecedor, lúcido de cuanto ocurrió a todos aquellos que se adentraron en el turbulento Atlántico en busca de un futuro. El relato surge de una propuesta: en 1978 el Institut National de l'Audiovisuel les encarga a Georges Perec y a Robert Bober, la realización de una película sobre Ellis Island y allí viajaron en 1979.
Lo que tiene el lector en este breve, e intenso y memorable relato, es el resultado de una película documental, 'Relatos de Ellis Island, historias de errancia y esperanza', emitida por TF1, en 1980. El texto es excepcional porque contiene en cada palabra, la memoria, la respiración, el auxilio y los anhelos de cuantos allí llegaron: «A partir de la primera mitad del siglo XIX, una extraordinaria esperanza sacude Europa: para todos los pueblos aplastados, oprimidos, sometidos, sojuzgados, masacrados, para todas las clases explotadas, hambrientas, devastadas por las epidemias, diezmadas durante años por la escasez y la miseria, una tierra prometida empieza a existir: América, una tierra virgen abierta a todo el mundo, una tierra libre y generosa en la que los condenados del viejo continente podrán convertirse en los pioneros de un nuevo mundo».
Así fue. Pero la penitencia pasaba por la isla de Ellis. Cinco millones llegados de Italia, cuatro millones huyendo de las hambrunas de Irlanda, un millón de Suecia, seis millones de Alemania, tres millones de Austro-Hungría, tres millones quinientos mil de Rusia y Ucrania, cinco millones de Gran Bretaña, ochocientos mil de Noruega, seiscientos mil de Grecia, cuatrocientos mil de Turquía, otros cuatrocientos mil de los Países Bajos, seiscientos mil de Francia, trescientos mil de Dinamarca cruzaron el Atlántico. El 1 de enero de 1892 fue recibida la primera inmigrante en los nuevos edificios: una joven irlandesa de quince años, Annie Moore. Libro imprescindible con ejemplar traducción de Adolfo García Ortega y prólogo de Pablo Martín Sánchez.
Berlanga
En tiempo de verano, arroces, pescados y buen vino. Frente al Retiro madrileño, hacia el 41 de Menéndez Pelayo, Berlanga, los arroces mediterráneos en la capital. Abre uno con cochinas, sepionet o gambón y sigue con la paella de espinacas o con el clásico senyoret. Hay más, mucho más, pero con esto, uno servido y se olvida, si es posible, de la feroz e inhumana canícula que a tantos tan nerviosos pone. No es para menos, pero aquí en Berlanga está el alivio.
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