'La invención del norte', de Bernd Brunner: enciclopedia de experiencias inefables

¿Para qué ir allí, a quién se le podía ocurrir tal cosa? Su opción disimulaba una mezcla de necesidad y aventura. Estaba al comienzo de su carrera y debía hacer algún mérito para recabar el apoyo de reyes y mecenas a sus proyectos científicos y cortesanos.

ENSAYO

'La invención del norte. Historia de un punto cardinal'

• Autor Bernd Brunner
• Editorial Acantilado
• Año 2023
• Páginas 272
• Precio 20 euros

Linneo pretendió estudiar, en este orden, los líquenes, los renos y los sombreros de las indígenas Sami. Cinco años después, publicó la 'Flora Lapponica'. No viajó más fuera de Suecia, ni volvió a pasar penurias, pues fue un grupo de alumnos escogidos y fanáticos el que se ocupó, desde entonces, de herborizaciones y recolecciones, el siempre peligroso trabajo de campo. El norte fue para el gran naturalista una bella utopía o un lugar invivible.

En este delicioso libro Bernd Brunner, «explorador peripatético de los osos, la luna y el arte de permanecer tumbado», despliega una estrategia de aproximación a un lugar soñado y una enciclopedia de experiencias inefables. Se trata de un libro de historia y, también, de un estudio exhaustivo de tradiciones literarias. La mitificación abusiva y la verborrea habitual de tantos viajeros modernos y posmodernos, que no ven nada en el paisaje, literalmente más allá de su ombligo, felizmente, están ausentes.

Paradojas y contradicciones lo inundan todo. Había que viajar, cuenta Brunner, cuando el tiempo era miserable, pues «el invierno tenía la ventaja de que el hielo y la nieve nivelaban las irregularidades y piedras de los pésimos caminos». En esta treintena de pequeños ensayos, propone un recorrido, cronológico y emocional, por una geografía que camufla lo fundamental. Señala: «La localización del norte depende, en primer lugar, del punto geográfico donde se encuentra quien mira en esa dirección. El norte empieza donde acaba el sur». Por curioso que resulte —la curiosidad es la clave de todo—, la determinación de la exactitud fue un proceso de descubrimiento humano lento y azaroso, evocado con determinación y parsimonia.

El capítulo 'Más allá del mundo conocido', páginas no aptas para nacionalistas tribales y supremacistas, recuerda que, para los residentes en el norte europeo, el sur podía hallarse en la latitud de Hamburgo o Bruselas. Para los habitantes del sur, españoles entre ellos, entre el norte de Alemania y la Laponia sólo había en cambio una región peligrosa, en la cual «una sensación opresiva de soledad se apodera del alma, engullida por la niebla».

Tras frailes, comerciantes, soldados y migrantes, aparecieron viajeras, recién casadas preguntonas y artistas. También exploradores y fanáticos del polo. Resulta apasionante la interpretación de esta huida al «lejano norte» a comienzos del siglo XX, como una reacción contra una modalidad de vida europea materialista, inhumana, carente de exaltación. Al final, según constata el autor, ya en nuestros días, el «norte mítico» continúa teniendo buena prensa. Atrae turistas del cambio climático, milenaristas y desocupados de todos los orígenes. Patologías de la ensoñación.