ARTE
Las incisivas dualidades de Alexander Apóstol
Por fin, una institución madrileña, el CA2M, organiza una mirada 'retrospectiva' a la labor del creador venezolano. Identidades políticas y sexuales en estado puro

Continúa con inteligencia Manuel Segade como director del CA2M en Móstoles recuperando el trabajo de creadores 'madrileños' que no nacieron en Madrid. Me explico. Autores provenientes de otras latitudes, que, sin embargo, nadie los dejaría de considerar 'españoles', puesto que han desarrollado ya ... buena parte de su trayectoria en la capital.
El sesgo latino
Comenzó la tendencia el anterior regidor del museo, Ferran Barenblit, imprimiéndole además un 'sesgo latino' a sus elecciones, dedicándole importantes revisiones a creadores como Carlos Garaicoa (en 2015) y Teresa Margolles (2019). Ahora (todo lleva retraso, de nuevo por el covid), era cuestión de justicia moral que los ojos de Segade (que actúa como comisario) se posaran en Alexander Apóstol (1969), creador nacido en Venezuela, pero que lleva más de dos décadas con Madrid como base natural de operaciones.
Y casi ruboriza comprobar cómo con un artista que en estos veinte años ha triunfado en citas internacionales como Manifesta (2013), la Bienal de Venecia (2011), la de Estambul o la de Shangai (2018) se haya cernido tal silencio institucional en España, sobre todo en los últimos diez años, a raíz sobre todo del cierre de la galería con la que trabajaba en nuestro país.



Por eso Apóstol no quiere que se entienda 'Postura y geometría en la era de la autocracia tropical' como una mirada retrospectiva a lo suyo, sino como una revisión de algunos de sus intereses (casi obsesiones) de los últimos diez años, aquellos en los que España no le ha hecho demasiado caso.
En este cometido, el propio Segade hace de la necesidad virtud, pues es este un repaso que, por un lado, se nutre en buena parte de los fondos de la colección del museo (digamos en este punto que, sin embargo, la intención es sincera: podrían haber 'colado' en la selección ejemplos de la serie 'Residencial Pulido', también en manos del centro, un conjunto temprano de su autor que habría roto el discurso), y se aprovecha para exponerlos en ámbitos de la tercera planta que aún no habían sido explorados (Ya me contarán qué les parece lo bien que luce el conjunto 'Colour is My Bussiness' desde el 'ovni', tan característico del CA2M).
Nada sería lo mismo con un Apóstol europeo, heterosexual o sin el refinado nivel intelectual que le caracteriza
Les hago otra confesión. Es esta una muestra de pocos proyectos –nueve– pero rotundos, en los que, en el caso de las fotos, se ha tendido a positivados a escala mayor a la que estábamos acostumbrados a verle en ferias, aunque eso supusiera no poder mostrar las series enteras. El resultado final es tan potente que se perdona que en grupos como 'Régimen: Dramatis Personae' se rompa con ello 'la narrativa' del conjunto.
¿Y cuál es la historia (sobre la Historia) que nos quiere relatar Alexander Apóstol con esta exposición? En definitiva, el análisis de los procesos estéticos de construcción política en su Venezuela natal, esto es: constatar cómo 'la modernidad occidental' fue trasplantada a un contexto que no le era propio pero en el que el desarrollo petrolífero del país fomentó que no se cuestionaran las contradicciones o fracturas sociales que implicaba, en lo que el arte (sobre todo la abstracción geométrica, que sirve para un roto y un descosido) se establecía como altavoz propagandístico.
Un modelo único identitario
A su vez, el creador incide en el tozudo deseo de los distintos gobiernos venezolanos desde la independencia del país de crear un modelo único de identidad patria. Volviendo al arte, en ello jugará también un papel crucial la figuración (sobre todo la de Pedro Centeno Vallenilla, pintor del régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez, al que se le encarga generar los estereotipos del imaginario nacional venezolano). Apóstol (y Segade) convierte(n) estos dos polos abstracción/figuración en ejes atrayentes que distribuyen las propuestas por las salas del museo hasta fundirse en una última en la que se mezcla las piezas de 'Ensayando la postura nacional' y 'Partidos políticos desaparecidos'. El resultado es tan visual, el diálogo tan evidente, que cuesta que se haya tardado tanto en llevarlo a cabo.
Y nuestro interlocutor genera su discurso, como él bien expresa, «desde un contexto generacional, una sexualidad no hegemónica y un background sociocultural determinado». Nada sería lo mismo con un Apóstol europeo, heterosexual o sin el refinado nivel intelectual que le caracteriza.



Aunque el Apóstol de la exposición es contundentemente fotográfico, la muestra acude a vídeos anteriores tremendamente significativos. 'Avenida Libertador' (2006) nos sitúa en ese eje viario que separa dos barrios diametralmente opuestos en Caracas en el que travestis y transexuales ofrecen servicios sexuales y que se aproximan a la cámara presentándose como los grandes artistas de la abstracción geométrica (Cruz-Díez, Jesús Soto, Gego...) constatando la insostenibilidad y falsedad del modelo. Pero es en 'Yamaickaleter' (pieza audiovisual que lo llevó a la Bienal de Venecia) en el que la complicidad con la exclusión es máxima: distintos ciudadanos, iletrados, sin conocimientos de inglés, leen la carta que Bolívar dirigió a Henry Cullen narrándole su proyecto 'libertador' para las nuevas naciones iberoamericanas. Imposible entenderle lo que lee al que no sabe lo que lee. Ideales solemnes que excluyeron desde el inicio a quienes ahora los invocan.
Les hago otra confesión. Es esta una muestra de pocos proyectos –nueve– pero rotundos, en los que, en el caso de las fotos, se ha tendido a grandes escalas
Desde el ovni, como les decía, las piezas de 'Colour is my Bussiness' generan un intenso pantone con los partidos políticos en Venezuela del considerado 'periodo democrático (1958-1998). Se da la circunstancia de que ante una sociedad analfabeta, la identificación de estos con los colores era básica; sin embargo, estos 'se difuminan y desgastan' a la par que el sistema se desacredita, acabando todo ello en un rotundo rojo cuando colapsa. Por eso son rojas las paredes sobre las que cuelgan los retratos en blanco y negro de 'Dramatis Personae' (participación del autor en la Bienal de Shangai), concepto con el que se aludía al 'casting' de personajes (todos curiosamente interpretados por hombres) en el teatro isabelino, y que aquí convoca a 20 transexuales (personas en constante construcción identitaria) para generar los cien 'personajes' sobre los que se sustenta la identidad del régimen chavista y postchavista.
Sala abstracta frente a sala figurativa, pues, que culmina en aquella en la que ambas realidades se mezclan, al juntar los contenidos de 'Partidos políticos...' y 'Ensayando la postura...'. En la primera propuesta, Apóstol pinta –para destruir después de fotografiar– cuadros con los campos de color de los partidos democráticos venezolanos, basados en una geometrización que realmente no sostiene nada. En la segunda, evidencia (queda más claro en el vídeo) los imposibles equilibrios de los modelos de la pintura figurativa –conscientemente racializada y (homo)sexualizada– de Centeno Vallenilla, que perseguía 'carnalizar' los símbolos de una patria ideal inexistente.

'Postura y geometría en la era de la autocracia tropical'
Alexander Apóstol. CA2M. Móstoles (Madrid). Avda. Constitución, 23. Comisario: Manuel Segade. Hasta el 6 de noviembre
Queda alguna propuesta más: 'Los cuatro jinetes', con un matrimonio de coleccionistas en el que cada miembro de la pareja intenta imponer su realidad según el que se adelante; o 'Contrato colectivo cromosaturado', en el que se triangula la personalidad del venezolano: democracia, cinetismo y populismo. Esta pieza, por cierto, se adquirió con las compras del museo en época de confinamiento. En ellas, después de las indicaciones que les he dado les será fácil distinguir esta pelea entre figuración-abstracción, entre política e identidad.
Y porque por muy digitales que queramos ser, lo que queda es lo escrito, la exposición se complementa con un más que necesario volumen editado por Turner con textos de Segade y Cuauhtémoc Medina (que está detrás de muchos de los trabajos expuestos) que quedará como referencia para estudiar la labor de Apóstol. ¡Ya era hora!
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