'Humano', de Ignacio Elguero: un álbum de emociones

En 'Humano' nos abre el álbum de su biografía para mostrarnos que la vida está hecha de memoria, y que en la memoria están nuestros últimos refugios, nuestras más valiosas emociones. Aquí, en estos poemas, su madre sigue cantando en una fiesta familiar, el barrio sigue estando en todas las periferias, está iluminada la casa en lo alto de aquel bloque de pisos, su padre sigue plantando un abeto que los años harán «una ermita/ silenciosa, un claustro, un laberinto».

Frente a las pérdidas, los miedos, las derrotas y las muertes, Elguero rescata ese tiempo de intimidades para meditar sobre la condición de lo humano, sobre la grandeza y las perturbaciones de nuestra fragilidad. Su escritura es siempre una meditación, una postura moral frente a esta intensa colección de retratos que le ha dejado la vida, frente a esa colección de muertos que le ha dejado el tiempo.

Con una voz cada vez más depurada, es decir, cada vez más honda e inquietante, más próxima al fulgor de aunar la vida al pensamiento, este libro se abre también a los mensajes de la naturaleza, a hacer de los paisajes los lugares donde la mirada descansa, y establece un diálogo entre fe y razón, entre el misterio y la palabra, ese río del idioma que no deja de reflejarnos. 'Humano' es el álbum de todos aquellos misterios de los que esta poesía da fe, de todas esas vidas que finalmente son ejemplos morales que sirven para retratar el rostro de nuestra condición.

Un libro de madurez, de intensidades y de búsquedas donde los lectores se encontrarán el relato de sí mismos y donde todo se resume en una pregunta llena de belleza y de estremecimiento una vez que echa la mirada atrás: adónde te diriges. Ese es el reto al que apuntan estos poemas.