'Hilma af Klint, visionaria': su tiempo ha llegado

Jacobo Siruela se interesó ya por este tema en su obra 'Libros, secretos', uno de cuyos ensayos está dedicado al libro ilustrado 'Formas del pensamiento' de los teósofos Annie Besant y Leadbetter, que para muchos constituye el secreto inicio de la abstracción.

ENSAYO

'Hilma af Klint, visionaria'

• Autor Varios autores
• Editorial Atalanta
• Año 2023
• Páginas 155
• Precio 46 euros

Siempre me he preguntado por qué la historia del pensamiento o de la cultura desprecia sistemáticamente a ciertas figuras sólo porque no encajan en el cuento de hadas que quieren contar. ¿Por qué insistir tanto en la influencia de Nietzsche, Marx, Darwin, Freud, y callar por completo la de Blavatsky, Besant, Steiner, Yogananda, Gurdjieff, Ouspenski?

Conocí la obra de Hilma af Klint a través de una película y de un documental, ambos recientes. La película es 'Hilma', de Lasse Halström, y está protagonizada por Lena Olin. El documental, 'Beyond the Visible-Hilma af Klint', de Halina Dyrschka. Los dos pueden verse en Filmin.

Hilma af Klint nunca fue tomada en serio en su época. Resulta doloroso comprobar el absoluto desdén con que la trató siempre Rudolf Steiner, a pesar de que las pinturas de Hilma estaban completamente imbuidas del espíritu de la teosofía y la antroposofía y de que ella estaba convencida de que su pintura era la realización en imágenes del mensaje de Steiner.

El hecho es que Hilma no sólo fue rechazada por el sistema, sino también por los que rechazaban el sistema. En 1986 se celebró en Los Ángeles la primera exposición moderna de su obra. El crítico Hilton Kramer escribió entonces que su obra no pasaba de ser una mera curiosidad, y que concederle un lugar de honor al lado de la obra de Kandinsky, Mondrian, Malévich y Kupka era sencillamente «absurdo». «Me atrevería a decir —sigue Kramer— que nunca se le habría dispensado un tratamiento tan excesivo si no hubiera sido mujer». Afortunadamente, la apreciación por la obra de Hilma af Klint ha cambiado radicalmente en estos años. El presente libro, maravillosamente editado y con magníficas reproducciones de los cuadros, es otro testimonio de ello.

Si los cuadros son fascinantes, también lo es la historia de Hilma, con sus visiones, los espíritus que le hablaban, la creación de un grupo de cinco mujeres dedicadas al arte espiritual... Todos estos artistas, normalmente despreciados por ser 'místicos' y quedar, por eso, al margen del proyecto imaginario de la 'modernidad', apoyaban sistemáticamente sus especulaciones en la ciencia, ya que veían en los nuevos descubrimientos (los rayos X, la radioactividad, el átomo, etc.) una confirmación de su hipótesis de que existe una realidad invisible. Descubrimos, además, que no sólo muchos de los artistas de la época, sino también los científicos, sentían un intenso interés por la teosofía. La historia, por decirlo suavemente, no es como nos la han contado.