ARTE
Helen Levitt, más allá de la crónica urbana
BARCELONA
Mapfre acoge no solo la primera gran revisión del archivo de Levitt en España, sino también una invitación a repensar la foto de calle como espacio de misterio
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Iniciar sesiónHay una pregunta que recorre toda la obra de Helen Levitt (1913-2009): ¿Qué pasa ahí? Una cuestión simple y al tiempo inabarcable. Cada una de sus fotos parece detener un gesto, una mirada o un juego callejero en el punto exacto en que ... lo banal se transforma en misterio. Ese instante mínimo, que no decisivo, en que lo cotidiano revela algo más: ironía, ternura, complicidad o incluso desgarro.
La retrospectiva que KBr Fundación Mapfre presenta en Barcelona, la más completa organizada hasta la fecha en España a partir del conocimiento póstumo de su archivo, es una oportunidad única para comprobar hasta qué punto esa pregunta sigue viva en cada una de sus icónicas imágenes.
La muestra, comisariada por Joshua Chuang, reúne más de 200 fotos y está estructurada en nueve secciones que fluyen entre sí, sin compartimentos estancos. El recorrido se abre con las primeras imágenes realizadas con su Leica, donde ya asoma la tensión entre lo documental y lo poético: escenas sombrías, figuras encorvadas, miradas que parecen esquivar el objetivo.
A continuación, aparecen sus célebres series sobre los dibujos a tiza, donde los juegos infantiles se convierten en un palimpsesto urbano. El itinerario avanza hacia México, en 1941, donde la crudeza de las escenas revela otro registro de su mirada, menos lúdico y más áspero, y sigue con su exploración del color y del metro neoyorquino, antes de adentrarse en los años finales, cuando continuó fotografiando con la misma intensidad, aunque de manera intermitente.
Un lenguaje coherente
Lo que sorprende, más allá de la amplitud cronológica, es la coherencia de un lenguaje que nunca renunció a la ambigüedad. Levitt rechazaba las narraciones explícitas y prefería no hablar de su obra, convencida de que las imágenes debían sostenerse solas. Y, sin embargo, cada una de ellas es un relato en potencia. Hay algo narrativo en la manera en que organiza los cuerpos en el espacio, en los gestos de los niños que juegan, en las miradas cruzadas de los adultos. Son pequeñas historias universales, condensadas en un escenario localísimo: la ciudad de Nueva York como organismo vivo.
Ese carácter narrativo encuentra una prolongación decisiva en 'A Way of Seeing', libro ideado junto a su amigo James Agee en los cuarenta y publicado dos décadas más tarde. Agee defendía que Levitt no se limitaba a retratar la infancia en los barrios humildes, sino que indagaba en cuestiones más hondas, como la melancolía, la alienación o la complejidad de las relaciones humanas en la gran ciudad.
Las imágenes seleccionadas para la publicación, acompañadas de un texto que dialoga con su lirismo, revelan la dimensión coreográfica de su obra que bebe del cine, el teatro e incluso la danza: cuerpos aislados que parecen bailar, gestos que se encadenan como una partitura. El libro, presente en la exposición, constituye una pieza clave para entender cómo la artista concebía su trabajo, más que como documento cerrado.
De manera complementaria, el filme 'In the Street' (1949), realizado junto a Janice Loeb y James Agee, se proyecta en sala como extensión natural de su producción fotográfica. Se trata de un cortometraje mudo en blanco y negro, experimental y fragmentario, que traduce a movimiento lo que sus fotos ya contenían en germen: la vibración de la vida urbana, el fluir de gestos y rostros, el misterio de lo que acontece. La película confirma que Levitt no buscaba fijar significados unívocos, sino atrapar la fugacidad del instante y devolverlo como interrogación abierta.
Si algo demuestra esta retrospectiva es la amplitud de registros de una fotógrafa a menudo encasillada como cronista de la infancia callejera. El recorrido revela que su interés abarcó todas las edades, todos los matices de la existencia urbana. Su tránsito del blanco y negro al color confirma la fidelidad a un mismo propósito: retratar la dignidad, la inteligencia y la humanidad de quienes habitaban los márgenes de la ciudad, con una mirada que nunca fue condescendiente ni sentimental.
Helen Lewitt
KBr Fundación Mapfre. Barcelona. Avda. Litoral, 30. Comisario: Joshua Chuang. Hasta el 31 de marzo 2026. Cuatro estrellas.
La exposición del KBr consigue transmitir la vigencia de esa mirada. Al recorrer las nueve secciones, el espectador experimenta la sensación de que cada imagen sigue formulando la misma pregunta: ¿qué pasa ahí? Y en esa pregunta se condensa la potencia de Levitt, su capacidad para activar nuestra imaginación, para hacernos partícipes de un relato que no se cierra en la fotografía, sino que comienza con ella.
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