Guillermo Arriaga, la razón y sus monstruos

Un armazón que se mantendrá a lo largo de sus 500 páginas, pues todo en esta novela contribuirá al desarrollo y consagración de su protagonista. El joven Burton es un héroe positivo, casi invariable en su bondad. Y los demás personajes son la comparsa necesaria para que este destino virtuoso se cumpla. El apego a este esquema reduce los personajes a meras «funciones» narrativas, en el sentido que le dio Vladimir Propp al término.

NOVELA

'Extraña'

• Autor Guillermo Arriaga
• Editorial Alfaguara
• Año 2023
• Páginas 500
• Precio 18,95 euros

El mismo Burton no se salva de esta deformación alegórica. Él es la encarnación de la razón científica que avanza en medio de un mundo de barbarie y supersticiones, para transmitirnos la moraleja de la fábula: que aquellos que llamamos monstruos o engendros son seres humanos como nosotros, los supuestos «normales». Un mensaje con el que cualquier persona que no sea un psicópata estaría de acuerdo. Sin embargo, me pregunto si era necesario escribir una novela para decir esto. Pues en ‘Extraña’ la representación del ‘freak’ aporta poco si lo comparamos con los ensayos de Foucault sobre el origen de la clínica y la psiquiatría o con películas como ‘El hombre elefante’ o, el clásico de Browning, ‘Freak’.

La visión de Arriaga se acerca más a ese mundo de fantasía risueña a lo ‘Big Fish’ (Tim Burton no es el único director al que aquí se le hacen guiños). En su novela, las prostitutas leen a Adam Smith y a Defoe, las parejas interrumpen sus besos por el trino de los ruiseñores, el caballo del héroe es más noble que los otros caballos; también hay viajes a Abisinia y motines en barcos.

En un hilo de Twitter, Arriaga explicó que para que su novela pareciera del siglo XVIII se impuso algunas reglas: no utilizar palabras posteriores a dicho periodo y sustituir los puntos y seguido por comas. No dudo que este reto haya sido estimulante y divertido pero no estoy seguro de que fuese la mejor decisión. La historia no es más verosímil por decir «venino» en lugar de «veneno», o «albéitar» en lugar de «veterinario». Antes bien, los arcaísmos distraen y establecen desde el principio una prosodia en la voz narradora que nunca deja de ser paródica y caricaturesca.

Llama la atención que el autor haya insistido en revelar estas cosas habiendo ya escrito un epílogo que fue sabiamente descartado por las editoras. Como si no quisiera que sus esfuerzos pasaran desapercibidos. Esto me hizo recordar lo que Borges dijo sobre lo insustancial que suelen ser las intenciones en el arte. Citaba el caso de Jonathan Swift, quien, en ‘Los viajes de Gulliver’, se propuso escribir un libelo en contra de la humanidad y terminó haciendo una historia para niños.