'Golpe de gracia', de Dennis Lehane: el plato favorito

NOVELA

'Golpe de gracia'

• Autor Dennis Lehane
• Editorial Salamandra
• Año 2024
• Páginas 352
• Precio 22 euros

De hecho, este es el conflicto que utiliza como punto de partida de su nueva novela, 'Golpe de gracia', la historia de aquellos días y también la de la sospechosa muerte de un joven negro y la inexplicable desaparición de una chica blanca. Protagonizada por Mary Pat Fennessy, una madre separada, vecina de una barriada de protección oficial y con escasísimos recursos, sobre la que Lehane construye una trama coral, en la que no falta ni uno sólo de los carismáticos perfiles a los que el imaginario literario y cinematográfico recurre cuando se trata de recrear los años setenta en Estados Unidos, 'Golpe de gracia' es, por encima de todo, un relato sobre la supervivencia, que oscila con un impecable compás entre lo colectivo y lo individual, para mostrarnos cómo el hecho social devora las vidas privadas y las arrastra sin piedad, hasta romperlas; momento límite, el del crujido y el dolor de esa ruptura, en que el autor se detiene para ampliar con la potencia del mejor microscopio las consecuencias de la tragedia, entre las que destaca una: la rebeldía.

Con un estilo sin florituras, que nos sorprende cada poco con imágenes sobrias y rotundas, Lehane nos ofrece aquí lo mejor de sus dos mundos —el 'noir' y la reconstrucción histórica—, dotando al texto de la misma habilidad que exhibe en 'Mystic River (Salamandra, 2021) y 'Cualquier otro día' (Salamandra, 2018), sus dos mejores obras. A esta pericia, que lo convierte, en la estela de James Ellroy, en uno de los mejores narradores estadounidenses del crimen de nuestra época, hay que sumar la huella de autor, la voz inconfundible de quien, incluso en la descripción de la oscuridad más absoluta, es capaz de hacernos ver un punto de luz y, ciñéndose al más estricto significado de la palabra, «compadecerse» de sus personajes, potenciando así su valor universal por encima del localismo de los acontecimientos, y despertar nuestra empatía.

«Tal vez —reflexiona el detective Bobby Coyne en uno de los momentos más brillantes de la novela— lo contrario del odio no sea el amor, sino la esperanza. Porque el odio tarda años en construirse, mientras que la esperanza puede aparecer a la vuelta de la esquina cuando ni siquiera estás viendo hacia allí».

Por revelaciones como esta, volver a Lehane siempre resulta tentador, porque logra mostrarnos cómo la desgracia más cruda saca lo peor, pero también lo mejor, de quienes se ven implicados en ella, y lejos de empacharnos, tiene el mismo efecto sobre nosotros que el de disfrutar una vez más de nuestro plato favorito: contra todo pronóstico nos genera una prolongada e inocua adicción.