Toda la gama cromática de William Eggleston en la Fundación Mapfre de Barcelona

Eso es lo que ofrece la muestra 'William Eggleston. El misterio de lo cotidiano' en Kbr Fundación Mafpre (Barcelona), ocupándose de forma cronológica de la producción del que ha sido destacado como padre de la foto en color. Su interés hacia esta realidad desde una imagen que en su momento no tenía la consideración de artística y huyendo de los momentos decisivos, pero con gran importancia a la instantaneidad, da a su producción un halo propio. Un aura que emana de sus colores y composiciones, independientemente del objeto retratado.

Una de las riquezas de esta muestra reside en ser la primera que crea una relación directa entre su imagen en blanco y negro como preludio de lo que creará al adentrarse en el color. Estos primeros pasos fotográficos, de 1963 a 1968, denotan su interés por interiores domésticos, personas absortas en sus rutinas diarias (aparentemente banales), junto a una suerte de bodegones contemporáneos que se fundamentan en el capitalismo decadente. Una labor fundamental para entender su trayectoria, en la que aún se percibe el movimiento que desaparecerá después para congelar entornos y protagonistas, los cuales salen de sus composiciones o quedan reducidos a espacios anecdóticos.

Porque es en el color donde vemos un Eggleston con una mirada característica, como en su magna serie 'Los Álamos', compuesta por más de 2.000 imágenes. Una obra compleja seleccionada para la ocasión que refleja su interés hacia el retrato de una época, la estadounidense sureña de los 60, y que supone una búsqueda de texturas y contrastes, con una ironía muy propia de su mirada más allá del feliz mundo del arte pop del momento.

Sus composiciones se vuelven escultóricas, el movimiento desaparece y el tiempo se congela gracias a sus tonalidades y una saturación elocuentemente cercana al plástico. Los protagonistas pasan a ser parte de un bodegón inerte, de una composición artificial fruto de un único disparo nunca reencuadrado.

Para deleite de los asistentes se pueden ver una veintena de imágenes realizadas en impresión por transferencia de tintas jugando a favor de la saturación y cromatismo que caracteriza a Eggleston. Unas obras de textura y color incomparables prodecentes de la Hasselblad Foundation y el Fotomuseum Winterthur.

Eggleston trabaja sus series abarcando amplios periodos de tiempo. Sin condicionar con títulos, atrae con un enigmático halo de fascinación desde sus escenarios cotidianos, sus entornos directos y sus cielos nítidos. Un relato abierto al que dirige también en su serie 'The Outlands'. En ella transporta a los alrededores de Memphis en los 70.

Una propuesta materializada a través de copias actuales que quieren trasladar la imagen a cómo se podía ver en sus diapositivas en la muestra del MoMA de 1976. Una selección que ofrece un mundo de contrastes entre la perfección de sus cielos y la degradación del estilo de vida americano en proceso de cambio.