PUES DICES TÚ
Gafas de niño
Las dos personas normales pasean por una de esas grandes ópticas que proliferan como setas en los centros de las ciudades, llena de recodos, espejos verticales y horizontales...
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as dos personas normales pasean por una de esas grandes ópticas que proliferan como setas en los centros de las ciudades, llena de recodos, espejos verticales y horizontales, expositores que forman pasillos y dividen el local en ambientes, recónditas salas de graduación, y un montón ... de clientes pululantes que se prueban gafas grandes, pequeñas, metálicas, de pasta, graduadas, de sol: un tributo multicolor del materialismo a los defectos en la visión.
—Qué ganas de ver mal, ¿no? —dice la primera persona normal.
—¿Eh?
—Que qué ganas de ver mal.
—Pero si ya ves mal.
—Ya, ya. Pero qué ganas.
—No te entiendo.
—Que dan ganas de no ver. Dan ganas de tener problemas. Dan ganas de ver fatal.
—Pero si ya ves fatal, te estoy diciendo.
—Sí, ya; pero sin ganas. Ahora veo mal sin ganas. Aquí te entran las ganas.
—Ah, ya; ahora te entiendo...
Las dos personas normales se mueven, esquivando a una horda de compradores, hasta otro expositor. La primera persona normal se prueba unas gafas rojas.
—Pareces Savater —le dice la segunda persona normal.
—¿Quién?
—Savater. El hombre listo.
—¿Hay un hombre listo?
—Savater.
—Y ¿por qué es listo?
—Porque sí. Porque lo dice el pequeño, que le lee los libros.
—¿Tú no le lees los libros?
—Sí, claro. Lo que me faltaba, ponerme ahora a leer.
—¿Y por qué dices que es listo, entonces?
—Porque tiene gafas. Y porque le oí una vez por la radio y decía cosas sensatísimas. Cosas contra ETA y así.
—Yo también estoy en contra.
—Toma, claro, y yo. Pero él lo decía por la radio y daba unas razones buenísimas. Le escuchabas un rato largo y no sabías qué te pasaba que se te quitaban las ganas de hacerte.
—¿De hacerte de qué?
—De ETA.
—¿Pero tú tenías ganas de hacerte de ETA?
—¿Yo? No, claro. Yo no.
—De verdad que no te entiendo…
—Eso es porque no llevas gafas. Ponte gafas y verás.
—Pero si me acabo de poner las rojas…
—Sí, sí; si ya te he dicho que pareces Savater. Savater también lleva gafas de esas. Gafas de niño.
—¿Savater lleva gafas de niño?
—Toma, claro. La gente lista lleva gafas de niño. Luis Adolfo de Villena. Arrabal. Bob Pop…
—Sólo sé quién es Bob Pop.
—¿Tu chico no lee a los otros?
—¿El pequeño? Seguro. El pequeño se lo lee todo. El pequeño se lee hasta el diccionario. El pequeño está ahora con un libro que va de uno que es muy guapo y que tiene un cuadro en el desván que se hace viejo por él. Y se lo lee en inglés.
—Ah, sí, ya sé cuál es; muy buena la película. Pues dices tú, pero yo creo que es del que te decía, justo.
—¿De quién?
—De Carlos Antonio de Villena. Del que tiene gafas de niño, que lleva pañuelo y sombrero.
—¿Ha escrito ese señor lo del cuadro?
—Me quiere sonar que sí.
—El que te digo es de Jordi Wild, me parece. ¿No ves que no es en español?
—Pero Juan Francisco de Villega escribirá en muchas lenguas, seguro. Ya te digo que es listísimo.
—¿Y Bob Pop?
—Bob Pop, igual. Bob Pop lo mismo te da consejos sobre la ultraderecha que se echa a cantar.
—¿Se echa a cantar Bob Pop?
—Yo creo que sí.
—¿Tú le has oído cantar?
—¿Yo? No. Pero me lo imagino. Y, si me lo imagino, pues por algo será. Si tú te imaginas a alguien haciendo algo, es porque le pega; y, si le pega, pues será porque lo hace, ¿no?
—No necesariamente.
—No necesariamente, pero igual sí.
—¿Y tú te imaginas cantando a Bob Pop?
—¿Yo? Claro; perfectamente. Me lo imagino cantando copla, por ejemplo. Y a Alberto Jesús de Villares.
—¿Se puede cantar copla en inglés?
—Yo creo que sí, que, desde que llegó la democracia, ya sí. Desde que ya no hay ETA, ya puedes cantar de todo, en la lengua que tú quieras, aunque se te entienda. Seguro que canta copla hasta Savater…
—Pues podían hacer un dúo los tres, ¿no? Los tres con gafas de niño.
—Pues sí.
—Y que se apunten todos los que tengan gafas de niño. Podían juntarse sesenta o setenta con gafas de niño y hacer un dúo entre todos.
—Y podrían llamar a John Lennon, y que se traiga el piano de colores…
—¿Ese no es Elton John?
—¿No es el mismo?
—Yo creo que no.
—Yo digo el que lleva lentejuelas…
—Elton John, Elton John…
—Pues eso. Que llamen a Elton John. Que llamen a todos los que tengan gafas de niño. Aunque yo creo que no habrá tantos.
—¿Cómo que no habrá tantos? Los catalanes mismo.
—¿Los catalanes llevan gafas de niño?
—La mayoría. Tú te vas allí a ver la tele y sale gente con gafas de niño todo el rato; es una especie de epidemia, me parece. Hasta los políticos llevan gafas de niño allí, ¿no ves que son unos yeyés? Allí te pones gafas normales y te mandan a Zaragoza.
—Pero ¿eso es legal?
—¿Mandarte a Zaragoza? Ahora sí. Ahora que la Caja de Ahorros ha vuelto a Badalona, ya sí.
La primera persona normal se queda un rato meditando. Su actitud es escéptica, pero valorativa. Se quita las gafas rojas y se prueba unas azules, un poco más grandes que las otras.
—¿Y estas?
—De niño también.
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