Una mirada académica
Filóloga
A veces me preguntan si mi dedicación a la filología me ayuda o me entorpece en mi labor como escritora de creación
Otros textos de 'Una mirada académica'
Paloma Díaz-Mas
Cuando me preguntan a qué me dedico, me gusta decir que soy filóloga. El Diccionario de la Lengua Española define filólogo como ‘persona versada en filología’. La primera acepción de filología es ‘ciencia que estudia las culturastal como se manifiestan en su lengua ... y en su literatura, principalmente a través de los textos escritos’. Es palabra de origen griego: literalmente ‘amor a la palabra’, de 'philos' (‘amor’) y logos.
Pero logos significa ‘palabra’ y bastantes cosas más. Denomina la palabra que sirve para pensar, para razonar, para hablar, para argumentar. Todas ellas, capacidades distintivas del ser humano. Amar todo eso (las palabras, la lengua, el pensamiento, el raciocinio) es ser filólogo.
En 1737, el Diccionario de Autoridades definió donosamente 'philología' como «Ciencia compuesta y adornada de la Gramática, Rhetórica, Historia, Poesía, Antigüedades, Interpretación de Autores, y generalmente de la Crítica, con especulación general de todas las demás Ciencias. Es voz Griega. Latín. Philologia». Así que en esa filología a la que me dedico caben muchas cosas: desde luego, la gramática y la retórica; pero además es una ciencia histórica y literaria, que atiende a la poesía, a la interpretación y la crítica de los textos.
Lo de la «especulación general de todas las demás Ciencias» podría suscitarnos cierta perplejidad, pero la frase se hace diáfana cuando en el mismo Diccionario de Autoridades encontramos esta definición portentosa de especulación: ‘contemplación grande y aplicación del entendimiento para saber y conocer las cosas. El origen desta voz sale del nombre Latino Specula, que vale la Atalaya’.
Amar todo eso (las palabras, la lengua, el pensamiento, el raciocinio) es ser filólogo
Y se aducen dos ejemplos de uso: una frase del capítulo II.67 del Quijote, que se refiere a la sabiduría contenida en el refranero: «Los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios»; y otra de la Idea de un príncipe político cristiano, representada en cien empresas, libro publicado en 1640 por Diego de Saavedra Fajardo: «El arte de reinar no es don de la naturaleza, sino de la especulación y de la experiencia».
Queda claro que la filología era, para los ilustrados que hicieron el primer diccionario de la Academia,una atalaya desde la que contemplar y entender todas las ciencias.
A veces me preguntan si mi dedicación a la filología me ayuda o me entorpece en mi labor como escritora de creación. Yo siempre contesto que son dos actividades que se complementan y se enriquecen mutuamente.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete