CRÍTICA DE:
'La esfinge te prefiere': Javier Peñafiel y la levedad
Teruel
De gran utilidad, una exposición del Museo de Teruel sirve para conocer a este artista y su apuesta sutil por el enigma
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Es ir contracorriente el acogerse al enigma. Cuando se impone una visibilidad bochornosa, cuando chat GPT tiene respuestas para todo, el replicar con una ambigüedad inteligente, el proveer de antídotos contra el tópico es otra forma de sincronizarse con este tiempo. Es una de las ... actitudes que deben agradecérsele a un artista. Algo que podemos agradecerle Javier Peñafiel (Zaragoza, 1964).
No es fácil explicar a un hijo adoptivo de la esfinge. Tiene mérito por ello Diana Padrón, comisaria de esta individual en Teruel. «Peñafiel –nos dice– interroga al espectador sin exigir una única respuesta». La exposición, en el Museo de Teruel, ahondando en las paradojas, interesará tanto a quien conozca como a quien desconozca al autor.
Sirve para visibilizar lo último de lo suyo (sus propuestas para la Bienal de El Cairo) y como antológica de urgencia. A sus fans (curioso club) les va a satisfacer reencontrarse con 'Maltrato', vídeo de 1999, o con ese 'alter ego' imaginado hacia 1997, 'Egolactante'.
Es difícil pensar un alegato más sutil contra la violencia que 'Maltrato', con ese plano fijo de flores tiroteadas. Y difícil encontrar un referente generacional mejor que 'Egolactante', criatura gráfica, metamórfica, digital y analógica que representa la «pérdida prematura de la infancia» y la «insistencia adulta en el infantilismo». Me gustaría rescatar lo que dijo, al respecto, José L. Brea: «Aquí no hay melodramas ni tragicomedias, sino un exquisitamente ponderado 'script' de microrrelatos».



Ese abandono de la tragicomedia, cierta apuesta por la levedad, entre Duchamp e Italo Calvino, caracteriza a Peñafiel. Pertenece a un grupo de artistas que empezaron a transitar en los noventa terrenos nuevos, donde cuestiones viejas, como las disciplinas, se diluyen. Pienso en gente como Jordi Colomer, Alberto Peral... Más que un ecosistema barcelonés, el suyo ha sido cosmopolita. Artista de aeropuerto.
La escultura o el objeto estuvieron en el principio. Como ese diálogo entre dos bolsas de aspiradora, moderado por un tapón para el oído. Se habla aquí de vacíos y silencio. Cuentan los modelos de Bados o de Tuttle, pero cuenta cada vez más, el teatro. El tipo de trabajo que identifica a Peñafiel será la 'confedrama', donde une 'performance', teatrillo, escritura, producción o apropiación de objetos. Sus instalaciones vienen a ser detritos de esas puestas en escena, parodias leves de la obra de arte total, que también conoceremos en sus vídeos. En Teruel nos podemos sentar a ver una buena selección, sumándose la grabación de la 'confedrama' que protagonizó allí mismo, en la inauguración.
Otra virtud de este artista es sumar cómplices. Teresa Terrán crea el vestuario de 'Egolactante'. Adolf Alcañiz suele estar tras sus vídeos. Àlex Grifeu es el maquetador de sus publicaciones y, en concreto, el de la muy curiosa que han creado para esta ocasión. Una revisión de sus 'confedramas'.
Javier Peñafiel
'La esfinge te prefiere'. Museo de Teruel. Teruel. Plaza Fray Anselmo Polanco, 3. Comisaria: Diana Padrón. Hasta el 27 de abril. Cuatro estrellas.
Sobre la multiplicidad de registros, algo que se parece al fantasma de un 'estilo' es la caligrafía de Peñafiel. Sus letras se alargan, parecen notas musicales, los huecos se rellenan. Esta escritura se convierte fácilmente en dibujo, en personaje, y da lugar a 'Egolactante y familia'. Medio en broma, nos encontramos con uno de los dibujantes más interesantes. Últimamente, Peñafiel lo siembra todo de papelitos (en realidad, toallitas faciales), con paradójicos epigramas, como el que da título a la cita: 'La esfinge te prefiere'.
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