DArÁN QUe HABLAR
Elvira Amor: «Mi lenguaje está más ligado a la percepción que a una traducción en palabras»
pintura
Campos de color, gestos mínimos, jugueteos con los patrones... Son algunas de las claves de la pintura de esta madrileña, integrante de Nave Oporto, que recientemente fichó por Moisés Pérez de Albéniz. Sin duda, ella da que hablar
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónNombre completo: Elvira Amor. Lugar y fecha de nacimiento: Madrid, 22 de septiembre de 1982. Residencia actual: La creadora vive de forma habitual en Madrid (aunque ahora goza de una de las becas de la Academia de España en Roma ... ). Formación: Licenciada en Bellas Artes en la Universidad de Castilla-La Mancha, en Cuenca. Ocupación actual: Artista.
-
Cristóbal Ochoa: «Uso mi cuerpo como símbolo de rebeldía al poder»
Javier Díaz-Guardiola -
Vanessa Morata: «Es toda una odisea hasta que finalmente te ves trabajando de esto»
Javier Díaz-Guardiola
Qué le interesa. Trabajo con la forma y el color, presento mi trabajo a través de la disposición de pinturas y formas tridimensionales en el espacio. A partir de un conjunto de piezas instaladas, creo que se puede percibir un ritmo, la construcción de un lenguaje que está más ligado a la percepción que a una traducción en palabras. Me interesa la capacidad de los objetos de transmitir por sí mismos, de proyectar un ambiente.
De dónde viene. El año pasado hice una exposición individual en el CAB-Centro de Arte de Burgos titulada 'Rosa llano verde oblicuo'. He expuesto también en Alimentación 30, en la galería Moisés Pérez de Albéniz, en García Galería, en Mundo Dios (Mar del Plata, Argentina) y en Genalguacil instalé una intervención el año pasado…
He participado en exposiciones colectivas como 'Pintura Renovación Permanente', en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, que me hizo especial ilusión por ser una cita que presentaba un panorama de la pintura en España y porque estaba rodeada de muchos artistas que admiro. O en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, que le tengo especial aprecio porque es un centro que visité mientras estudiaba y donde se puede sentir que fue creado con mucho cariño por artistas, en una arquitectura singular de esa zona.
Supo que se dedicaría al arte… Más que una decisión, creo que ha sido algo que ha ido sucediendo. Recuerdo varios momentos importantes: una profesora del instituto que realmente me presentó la posibilidad de estudiar arte; después, en Yogyakarta, el aprendizaje de otros artistas y compañeros de la universidad que eran artistas desde que empezaban a estudiar; y posteriormente en Argentina, al ver el quehacer del artista en una escena muy valiosa.
¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? No recuerdo nada muy extravagante. Supongo que lo más raro es también lo más habitual: que para dedicarse a la cultura haya que hacer a veces malabares es una contradicción en sí misma.
Su yo «virtual». Tengo una cuenta de Instagram: @elvira_amorm. Pero, realmente, me gustaría usarla menos. ¿ No hay una sobrevaloración de las redes sociales? Hay formas bastante tóxicas en su uso y abuso, la noción de éxito, de alcanzar seguidores… que no corresponden necesariamente con las formas de ver arte, de apreciarlo. Sin embargo, sirve para hacerse una idea de una foto, eso sí, para tener una imagen.
Dónde está cuando no hace arte. Trabajo en un estudio compartido con otros artistas en Madrid, Nave Oporto, donde, además de ser amigos, de compartir el espacio y el tiempo, realizamos actividades juntos y proyectos. Este año nos hemos propuesto realizar una serie de talleres con otros artistas, para que sirva de punto de encuentro y diálogo con creadores de fuera del estudio.
El año pasado hicimos un par de exposiciones con otros creadores de Cuba, comisariadas por Cristina Vives, una en el estudio, y otra en Estudio 50, en La Habana. Fue una experiencia magnífica de trabajo in situ y de convivencia con otros colegas.
Le gustará si conoce a... Entre mis referentes, reconozco una afinidad con distintos artistas a lo largo de la Historia, como los campos de color de Helen Frankenthaler, o los gestos mínimos de Richard Tuttle. Aprecio una sensibilidad alegre con la que me identifico en artistas de Brasil, como Helio Oiticica y la conversión del color en diversas formas y experiencias, o Tarsila do Amaral. De un contexto más cercano, me encanta el trabajo de artistas como Elena Blasco o Valeria Maculan, entre otros. También me emocionan obras de arte antiguo como el Jardín de Livia (aquí en Roma), o la sensación al observar en vivo algunas piezas de arquitectura moderna de Barragán.
Qué se trae ahora entre manos. Ahora mismo estoy en la Academia de España en Roma realizando una estancia de ocho meses. Poder trabajar en este espacio y con estas condiciones es algo excepcional.
Y justo ahora estoy preparando una intervención de pintura para una exposición colectiva en el Palazzo delle Exposizioni que inaugura en mayo en Roma, donde habrá una pintura sobre muro y algunas pinturas sobre papel dialogando con otras piezas de la Historia de las academias extranjeras.
De manera paralela, voy trabajando, poco a poco, en un proyecto de publicación para Brillo Editorial.
¿Cuál es su proyecto favorito hasta la fecha? Una de las últimas exposiciones que he realizado ha sido 'Sendas selvas', en la galería Moisés Pérez de Albéniz en Madrid. Esta hablaba de cómo a partir de una composición de piezas creamos una imagen mental que es lo que nos llevamos de una muestra. En esta cita, había apuntes en los que aún sigo pensando, como una posible relación con la Naturaleza, o la experiencia física del color.
¿Por qué tenemos que confiar en ella? No sé si sería porque aporto algo nuevo, al final todos creamos a partir de lo que vemos, de lo que vamos digiriendo, y nuestros referentes e intereses están presentes. Creo que la novedad y la originalidad son algo bastante relativo. Pero sí estoy convencida de que a partir de todos estos ingredientes hay una mirada y una elaboración que es propia, y que esto se puede leer al ver un conjunto de piezas más amplio. Finalmente, la experiencia que transmite la obra es única, hay un compromiso con el trabajo y una dedicación que se manifiesta ella misma.
¿Dónde se ve de aquí a un año? En varios posibles lugares, una parte del tiempo en mi pueblo, en Patones, que está cerca de Madrid. También con mis compañeros de Nave Oporto, a los que echo de menos desde aquí, y me apetece mucho compartir tiempo con ellos y hacer planes juntos. Y ojalá haya otras oportunidades para seguir en contacto con Roma, y con Italia, y así seguir conociéndolos. Una de las cosas que más me motiva es viajar, así que me encantaría seguir teniendo experiencias en otros lugares.
Defínase en un trazo.
¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? A Fabián Ramos, que es un artista que admiro, y la persona con la que más hablo de arte. Realiza una práctica a la que él llama «cine con objetos», compuesta de esculturas, objetos, fotografías y películas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete