la grapa
El fútbol no es estúpido
La nueva serie de HBO, 'Pollos sin cabeza', pone en comedia lo mínimo que tienen de 'hombres' los que en el fútbol están: son profesionales con múltiples basuras
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«Los toros son la lucha con la naturaleza ciega, con la muerte, con el destino. El fútbol es la lucha del hombre con el hombre, lucha obstinada a puntapiés, para apuntarse un gol. Los toros podrán ser bárbaros… El fútbol, en cambio, es fundamentalmente ... estúpido, como lo son las luchas de hombres contra hombres, por naderías, no de mayor entidad que meter, por fin, una pelota en una red. Los toros podrán ser crueles y patéticos, pero no son tristes, como el fútbol». El filósofo Gustavo Bueno utilizó estas palabras de Pérez de Ayala para refutarlas, disculpando su texto porque fue escrito en los años veinte con un fútbol muy distinto al que se masifica a partir de los cuarenta. Este fútbol de hoy, argumenta Bueno, no tiene nada de estúpido —sólo puede darse en sociedades desarrolladas—, no luchan hombres contra hombres —sino ciudades contra ciudades o naciones contra naciones—, y no es un espectáculo, ya que los espectadores intervienen con sus emociones o sus cánticos en él.
La nueva serie de HBO, 'Pollos sin cabeza', creada por Carolina Bang y Álex de la Iglesia y desarrollada por Pablo Tébar y Jorge Valdano Sáenz pone en comedia lo mínimo que tienen de 'hombres' los que en el fútbol están: son profesionales con múltiples basuras. Todos somos y producimos basura, pero ellos más. Respira la serie como deportista 'encocado': uno se divierte mucho con nuestro Cary Grant, Hugo Silva, y con su némesis, ese malvado Solá que representa todo lo que nos gusta del fútbol.
Al ver a esos futbolistas de élite, comprobamos que los únicos verdaderos deportistas que nos quedan son los toreros
La suerte de 'Pollos sin cabeza': nunca cae en 'Ray Donovan', nunca cae en la tristeza. Gozosa y radiante, posee lo mejor de las series: apetece el siguiente capítulo. Me gusta más cuando se mueve cerca de un campo de fútbol que en medio del campo pero al terminar, con ese Hugo Silva más dibujo animado que nunca, permanece la sensación de que una temporada suena a poco. Y, como Pérez de Ayala, comprobamos al ver a esos gilipollas, a esos futbolistas de élite, que los únicos verdaderos deportistas que nos quedan son los toreros.
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