'Diario de juventud', de Idea Vilariño: un destino de soledad

Sólo una vez muerta en el 2009, dio permiso para que fueran hechas públicas. Ana Inés Larre Borges y Alicia Torres se han echado a sus espaldas la labor de ir publicando la totalidad de sus Diarios, una magna obra que nos permitirá en los próximos años hacernos una idea de la intimidad de Idea Vilariño, de sus travesías por un tiempo histórico y personal que sin duda va a alimentar la altura de su leyenda.

DIARIOS

'Diario de juventud'

• Autora Idea Vilariño
• Editorial Visor
• Año 2023
• Páginas 887
• Precio 32 euros

En esta primera entrega titulada 'Diario de juventud', vemos a aquella Idea Vilariño entre sus dieciséis y sus veinticinco años luchando por darse a sí misma el aprendizaje de estar en el mundo como poeta. En este diario de formación, en este relato de formación no hay tanteos sino tentativas, búsquedas desde una conciencia que expresa claramente hacia dónde va. La enfermedad le dio siempre una tensión espiritual y dramática, por eso sus versos tienen la música entrecortada del asma y el lenguaje fracturado de la dolencia cutánea porque los pulmones y la piel fueron el termómetro que marcaba la temperatura de sus emociones.

Ella, que se ataba y se vendaba por la noche para no despedazarse viva, para no arrancarse la piel, se muestra en estas páginas a corazón abierto, en toda su desmesura de amores, de sufrimientos, confesando valientemente hasta lo inconfesable. Vivió durante esos años en una casa de enfermos para recluirse después en la casa de su soledad, pasó apuros económico y puso rumbo a trabajos que la hastiaban, pero su honda fragilidad le hizo, sin embargo, mirar el mundo y mirarse a sí misma desde la pasión.

'Diario de juventud' es, sin duda, el catálogo de pasiones de una mujer joven que se lanzó a vivir su sensualidad, su sexualidad más allá de los prejuicios y más acá de las máscaras. Por aquí pasa el relato de su amor con su profesor Emilio Orive, el poeta veintisiete años mayor que ella, y por supuesto con Manuel Claps y el triángulo que formó con Silvia Campodonico. Tachada de promiscua, Idea Vilariño vivió estos años atravesada por la culpa de tener varios amores a la vez, despreció la mentira en las relaciones, y alzó siempre la bandera del amor total: «si está establecido que cada mujer debe ser de un solo hombre, yo no puedo, no puedo», escribió el 12 de enero de 1945.

Tuvo demasiadas personalidades para poder ser reducida a un solo carácter, fue tímida, necesitada, solitaria, inestable pero, a pesar de sus heridas, de sus derrumbes, guardó siempre un fondo imperturbable de valor, de coraje y de libertad interior. La muchacha que habla aquí toca el piano y el violín, borda, encuaderna, ama las plantas y , sin embargo, está siempre al borde del precipicio, mira la llave del gas y piensa por qué no se suicida para, al instante, detenerse porque tiene la habitación demasiado desordenada.

Vital y poéticamente siempre transitó por esas fronteras entre la vida y la desaparición, entre el dolor y la aspiración a una calma imposible, e hizo de ello el juego y la sustancia de su escritura. Fue un espíritu romántico que supo que todos los hombres eran pequeños para el molde imposible que forjaba su amor, por eso este diario está lleno de cartas a ese personaje que ella misma se crea, a esa máscara que ella misma asume y que son el origen de muchos de sus poemas: sus amantes.

La fuerza de un destino y el ejercicio de un despojamiento público es lo que vamos a encontrarnos en esta obra grande, imprescindible, seductora y audaz. Un acontecimiento literario de primera magnitud en el que Idea Vilariño juega consigo misma, se muestra y se oculta, nos da fe de que estuvo siempre buscando su alma perdida, el calor de un cuerpo más allá de su cuerpo doliente, y que esas iban a ser las aventuras solitarias de su vida.