Descubrimiento de América, frente al tribunal de la Historia

No se trata de negar que en el imperio español, como en cualquier otro imperio se cometieran atrocidades, pero el hecho es que, como sentenció Salvador de Madariaga, España colonizó de manera superior a la Europa de su tiempo, dejando un legado importantísimo desde el punto de vista civilizatorio, y desde luego ninguno de los rivales de España tiene autoridad moral para recriminarla. En este ensayo el autor hace un repaso por los países que han propagado la leyenda negra, desde la reforma protestante, y las atrocidades cometidas por ellos.

Ni Inglaterra, ni Holanda ni Francia tienen una trayectoria más civilizada que España como naciones, ni mucho menos como imperios. El holandés Hugo Grozio, considerado el padre del derecho internacional, escribió que la esclavitud es el justo castigo que Dios impone a los pueblos que adoran al demonio; sin embargo, otro de los fundadores del derecho internacional, Francisco de Vitoria opinaba que los indios vencidos por España no podían ser considerados esclavos sino súbditos del rey, y este es el principio por el que se regía el imperio español.

La leyenda negra española ha estado muy presente en la historia de Estados Unidos donde los colonos protestantes llevaron los prejuicios contra los católicos. Los tópicos ‘negrolegendarios’ fueron un arma propagandística muy útil para justificar una guerra que iba a permitir arrebatar a México una buena parte de su territorio. Pero el hecho es que en Estados Unidos, lejos de promover el mestizaje con los indios como en el imperio español, se defendió la idea de que el mejor indio era el indio muerto. Los últimos en promover la leyenda negra han sido los líderes latinoamericanos firmantes del Foro de Sao Paolo. Estos han insistido en la fantasía de que la América precolombina era un paraíso. En definitiva no hay nada por lo que pedir perdón. Esperemos que España logre ocupar el lugar que se merece en la historia.