PANTALLAS
Carteleras saturadas, cines vacíos: por qué estrenar 69 películas en un solo mes solo sirve para alejar a los espectadores
CINE
Cada fin de semana se estrenan más de quince películas de media, un disparate que hace que sea más fácil ver el anuncio en una marquesina que encontrar un cine donde ver ese filme dos semanas después de su primer viernes
Un exceso de títulos que coincide con una sensación cada vez más extendida entre los espectadores de que «ahora no hay nada en los cines»
Leonardo DiCaprio en 'Una batalla tras otra', uno de los pocos estrenos que han tenido relevancia el último mes
«Por favor, dispérsense, aquí no hay nada que ver», dice el detective Frank Drebin (Leslie Nielsen), mientras media ciudad de Los Ángeles arde entre explosiones creadas por su incompetencia. «Por favor, dime algo que ver en el cine que últimamente no ponen nada», ... dicen muchos cinéfilos casuales que se ahogan entre la saturación de estrenos incapaces de descubrir qué hay de interesante en una cartelera sobrepoblada.
A diferencia del detective de 'Agárralo como puedas', aquí el incendio lo han creado muchos, solo que en lugar de gritar «aquí no hay nada que ver» intentan que la gente vaya a unos cines donde las películas duran menos que un cubo de palomitas en la sesión de tarde. En el mes de octubre se van a estrenar 69 películas en España. Si un desquiciado viera dos películas al día no llegaría a tiempo de revisar la cartelera entera. Un absurdo.
Pero es más, si se centrara solo en los estrenos 'potentes', esos que tienen una distribuidora mediana y un buen número de salas para el primer fin de semana, podemos hablar de un par de docenas de películas por mes que pasan desapercibidas. Títulos como 'Bala perdida', la última de Darren Aronofsky; 'Maspalomas', de los Moriarti; 'Relay', con Riz Ahmed y Lily James; 'La tregua', con Arón Piper y Miguel Herrán; 'The Smashing Machine', que hizo mucho ruido en Cannes con Dwayne Johnson; 'Extraño río', que ha camelado a una crítica cada vez menos influyente… Todas han pasado como un suspiro.
Es el viejo dicho de «entre todos la mataron y ella sola se murió». La víctima es la taquilla, claro. Lo recaudado el pasado fin de semana suma la peor cifra desde la pandemia. Apenas 3'2 millones de euros. Una miseria para el sector. Hasta hace unos meses, cuando se hacía balance anual con la recaudación de la temporada, se justificaban los malos datos porque no había grandes películas por los estragos de la huelga de Hollywood y por la pérdida del hábito de ir al cine que dejó como una secuela permanente la pandemia del Covid. Ya no hay excusa, no al menos para seguir estrenando 16 películas cada semana mientras los espectadores viven en una perpetua sensación de que «ahora no hay nada en los cines».
Igual alguien debería haber hecho caso a Berlanga con eso de los contingentes y los necesarios: por mucho que lo de 'necesario' sea un adjetivo que algunos endosan a sus películas, la realidad es que la mayoría son (somos) contingentes.
Sin tiempo de ver una película
Hay muchas culpas que repartir en una industria que sobreproduce y sobreestrena, pero lo que no se puede es culpar al público de no pasar por taquilla. No hay tiempo material de ver todo lo que se lanza ni forma de descubrir «loquehayquever», porque muchas veces, cuando el público se entera de que se ha estrenado aquella película que salió de Cannes con premio, ya la han quitado de las salas. Los carteles duran más en las marquesinas de los autobuses que las películas en los proyectores.
La saturación de estrenos y la pereza de tanto título se resume con una escena. Cuando se anuncian las nominaciones a los Goya, lo habitual es que los actores y directores digan que no han visto al menos la mitad de las cuatro contendientes de su categoría. Y siempre suelen ser películas que llevan tiempo estrenadas, las «imprescindibles» del curso para cualquier aficionado al cine. Pero ni ellos han tenido tiempo. Y eso que los académicos tienen VeoMac, su 'Netflix' con las candidatas para ver en casa. Pasó en la lectura de la terna de preseleccionados al Oscar: uno de los 'contendientes' dijo que no había podido ver aún 'Sorda', y eso que se había estrenado meses antes. Luego, eso sí, hablan muy fuerte del compromiso con el cine en salas y piden a la gente que no se quede en casa.
'Sirat', uno de los títulos que han funcionado por el boca a oreja y han tenido una vida larga en cartelera
Sin dejar de rodar ni de producir
Claro que cómo van a tener tiempo los principales actores y directores para ver cine si solo están rodando. La burbuja sigue inflándose. Una bendición para la profesión, claro... Daniel Ibáñez, que sorprendió el año pasado con su gran papel en 'Segundo premio', ha participado desde entonces en nueve proyectos, entre películas y series. Luis Tosar tiene, desde 2024 y hasta el año que viene, trece títulos, según FilmAffinity; Hugo Silva, ocho; la excelente Nagore Aranburu, diez.
La industria está boyante, hay que reconocerlo. Es más difícil encontrar un técnico sin trabajo que un clásico de los 90 en una plataforma 'mainstream'. Toledo ha anunciado esta semana que va a invertir 7,8 millones de euros en su Ciudad del Cine; Galicia presentó en el Festival de San Sebastián los que serán los dos mayores platós de toda España; Zaragoza presentó la semana pasada Distrito 7, donde van a invertir más de 20 millones para combinar «platós de rodaje, formación y investigación aplicada». Y hay media docena de ejemplos más.
Pese a todo, la taquilla española sigue sin recuperar los datos pre-pandemia, a diferencia de otros países. Quizá sea el momento de reducir los estrenos y poner en valor el hecho de llegar a una gran pantalla y dar tiempo al espectador para que pueda descubrir que hay títulos por los que merece la pena apagar la tele y dejar el sofá. Si no, las películas caducarán en los cines antes que las palomitas. Y no es justo.