CRÍTICA DE:
'Bilbao 1874. El asedio carlista a la invicta villa', de Gorka Martín Etxebarría: tomar el bocho
Ensayo
El investigador y arqueólogo vasco ofrece un horizonte de normalización en torno a un evento catalogado como una rareza hispánica
Otras críticas del autor

La influencia de los revisionismos historiográficos impone, si hablamos de historia profesional y no de imposturas y sucedáneos, una constante actualización del pasado. Este emerge de manera muy distinta a como 'nos lo habían contado'.
El entrecruzamiento de la historia global, que supone ... la necesidad de evaluar conexiones insospechadas de lo ocurrido (incluso en lugares tan peculiares como Bilbao), con la nueva historia militar y la arqueología de la violencia, cuenta una historia que contiene 'otras muchas historias'.
ENSAYO
'Bilbao 1844. El asedio carlista a la invicta villa'

- Autor Gorka Martín Etxebarria
- Editorial La Esfera de los Libros
- Año 2024
- Páginas 408
- Precio 23,90 euros
Mediante un uso excelente de estas nuevas posibilidades historiográficas y metodológicas, Gorka Martín ofrece en este volumen un horizonte de normalización en torno a un evento catalogado, por definición, como rareza hispana: una 'guerra carlista'. La centralidad del tiempo de las 'carlistadas' como ha señalado en diferentes ocasiones Jordi Canal, que dedica un capítulo de su reciente y magistral 'Contar España' precisamente a 'Paz en la guerra' la novela publicada en 1897 por Miguel de Unamuno, dedicada a la guerra carlista acontecida entre 1872 y 1876, no admite debate.
Merece la pena recuperar la vibrante prosa unamuniana: «A trompazos mutuos se crían los hermanos. Reunidos unos y otros (liberales y carlistas) en el campo neutral, para dar sepultura a los muertos, habían abierto grandes zanjas, a descansar para siempre en paz en el seno del campo de combate, regado con su sangre».
El extraordinario trabajo de excavación arqueológica, pues el autor y su equipo han explorado montañas, prados y valles, testigos de aquella masacre que fue el asedio carlista de Bilbao, en busca de cartuchos, balas e impactos, añade al habitual relato del historiador otra mirada, la del experto en paisaje y patrimonio. John Furley, miembro de la recién fundada (en la guerra de Crimea) Cruz roja británica, cuenta en 1874 lo que encuentra poco después de levantado el sitio de la villa: «Remontando a vapor, lentamente, el curso del Nervión, fue interesante repasar las obras carlistas que acababan de ser abandonadas: puentes volados por los aires, cadenas y botalones ahora rotos, aquí una nave medio hundida, allí grandes montones de escoria y de granito».
El gran trabajo de excavación añade al habitual relato del historiador otra mirada
No es fácil explicar de manera articulada lo que ocurrió y porqué ocurrió, mientras se evocan testimonios hallados como trozos del pasado en forma de balazos que inundan el paisaje, o se verifican las exigencias de múltiple perspectiva que impone la historia militar. El autor ha optado por una división en seis capítulos, que relatan el contexto; el camino a las armas; el asedio y el despliegue de medios por parte de sitiadores y sitiados; las estructuras afectadas, cuarteles, puentes, vías férreas, hasta los «monumentos y conmemoraciones silenciados» en la memoria de la invicta Bilbao.
Que liberal era y liberal permaneció, pues no fue tomada por los asaltantes, a pesar de la vulnerabilidad evidente de su infraestructura defensiva y las incoherencias aparentes de su dotación, muy bien explicadas. Aunque contaban con abundantes municiones de artillería, las reservas de cartuchos para fusiles fueron escasas. Los versos, sin duda, estuvieron también del lado bilbaíno: «Morir antes de entregarse/ juraron los Auxiliares/ sellando así con su sangre/ los ideales liberales/ por más bombas que lancéis/ en Bilbao no habéis de entrar/ que sus bravos defensores/ nunca han de capitular/». Palabras que explican una mentalidad combatiente.
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