ARCO'23: Diccionario de autores imprescindibles de la 42 edición

 En Ángeles Baños, más labor basada en elementos del dibujo, aunque esta vez sobre telas y arpilleras: las de Ruth Morán. Redes flexibles de líneas sobre fondos homogéneos, llenos de movimiento y tensión, con impecable factura, donde el oro es protagonista, además de alguna pequeña escultura de pared a modo de sorpresa.

 Por último, Álvaro Albadalejo presenta en ArtNueve algunas de sus inquietantes piezas, en el límite del conceptismo -que no conceptualismo-, donde la complejidad de la idea se aúna a una sofisticada presentación formal. Un trabajo en principio difícil, nada convencional, pero valioso y concienzudo.

Geometría, color y compromiso social. Tres lecturas, tres propuestas donde composición y relato disidente caminan al compás. Por un lado, María Carbonell (T20) recupera las prácticas textiles de las sufragistas británicas de principios del siglo XX y las vincula con el activismo desarrollado por colectivos y movimientos feministas contemporáneos. A través del tejido, Carbonell dialoga sobre reivindicación, fuerza, valentía y sororidad.

 Por otro, Alán Carrasco(ADN) presenta 20 portadas de periódicos internacionales, elimina toda la información y mantiene únicamente su cabecera; casualmente todos se llaman 'La verdad'. Carrasco propone una reflexión en torno a la verosimilitud del mensaje.

 Finalmente, Patrick Hamilton (Casado Santapau) plantea, continuando con sus investigaciones sobre las relaciones entre arte, política y economía en el contexto chileno, toda una serie de imágenes del desierto de Atacama intervenidas con chapas de cobre, generando un juego entre lo visible y lo invisible.

Teresa Margolles sigue desplegando la peculiar combinación de sutilidad y potencia que la convierte en referente del arte latinoamericano. 'Blowback/The Power', un glamoroso y aparentemente inofensivo traje de noche femenino en Peter Kilch-mann esconde entre sus pliegues un potente y aleccionador alegato contra la violencia y la muerte que tiñen rojas las calles de Culiacán bajo la sangrienta dictadura de los narcos.

Por otro lado, debería existir un cierto imperativo ético e histórico en recuperar –o al menos no olvidar– una figura tan excepcional de nuestro arte como es Zush/Evru. Sus obras en Senda serán un guiño a las campanas parlantes que mostrara en 2000 en el Reina Sofía. Un tipo que inventa un Estado propio (Evrugo Mental State) con lenguaje, moneda, himno, bandera o pasaporte, goza ya de mi máximo respeto.

Y dentro del galerismo español, 1MiraMadrid ocupa un espacio singular. No conozco aquí otro caso de galerista-artista que mantenga un mismo nivel de calidad en ambas esferas. Sus propuestas expositivas, que alternan artistas nacionales (Pepe Espaliú, Esther Ferrer) con internacionales (Teresa Hincapié, Hamish Fulton), magníficamente montadas y explicadas, dan cuenta de ello.

Para mí, todo empezó con el 'arte povera', esto es, encontré en esos artistas, y especialmente, en Kounellis (del que la galería Pelaires presenta un proyecto en ARCO), la dimensión enigmática del arte que me animó a volverme un 'prófugo' de la filosofía.

La anómala grandeza de lo marginal me llevó hasta la desmaterialización del arte, las especulaciones del conceptual que, en Concha Jerez (representada por Angus Freijó) implica también pensar a fondo la experiencia del tiempo y los distintos dilemas de la memoria.

En un dominio casi 'intersticial' de lo teatral y las narrativas más inquietantes, en ese lugar tremendo de la metamorfosis de Acteón, me convertí en un cómplice de Bernardí Roig (con obras en Kewenig), que lleva años planteando materializaciones multimediales de sus obsesiones. Tres artistas que, desde registros aparentemente diferentes, han meditado radicalmente sobre la sombría edad de las cosas que está siempre marcada por el tiempo.

Después de la extraordinaria exposición de Picasso y Julio González en la Fundación Mapfre de Madrid, la figura del genial escultor que enseñó el arte de la soldadura al malagueño parece que se ha revalorizado y con ello ha atraído el interés sobre otros dos escultores españoles, también residentes en París. Su obra podrá verse en el estand de Elvira González.

El zamorano Baltasar Lobo también estuvo relacionado con Picasso en París tras la guerra, y allí adquirió un estilo vanguardista. Leandro Navarro presentará dos bellísimas esculturas suyas. Por su parte, Francisco Sobrino, que había conocido en Argentina en los cincuenta a Julio Le Parc, desarrollaría en Francia un trabajo de carácter geométrico, muy influido por Vasarely. Su obra podrá disfrutarse en la galería Guillermo de Osma.

La galería José de la Mano presentará en Ifema el proyecto 'España [circa 1957]' que revisa, con nuevas perspectivas, la irrupción de la vanguardia abstracta en nuestro país, en su doble vertiente: gestual y geométrica. Esta última deriva tuvo resonancias especialmente lúcidas.

Desde los años noventa, Regina Giménez formula un exquisito análisis pictórico de elementos gráficos, esquemas y símbolos procedentes de la geografía, las ciencias sociales o la astrofísica. Sus últimos trabajos, ejemplares en su articulación de rigor y delicadeza, se podrán ver en Ana Mas Project.

Por su parte, Robert Ferrer, en el estand de Espacio Valverde, problematizará la geometría en su relación con el espacio y la luz. Sus composiciones incluyen el pálpito cinético y el reajuste de perspectivas, aunque la clave fundamental de su poética reside en su capacidad para poner en diálogo los conceptos de orden y desorden.

Febrero, que debería ser un mes de gozosa celebración para el arte patrio, nos sorprendió con la súbita muerte del fotógrafo Juan Carlos Martínez. Su galería en Madrid, la de Fernando Pradilla, maniobra rápido y, aunque en un principio no contaba con él para su estand en la feria (¿habrá pronto exposición homenaje en sus salas?), incluirá una de sus fotos, que, sin ser de las más representativas de su producción ('Training', de la serie 'Fast Food'), sí que dará buena cuenta del deseo de su autor por captar instantes sublimes que nunca más se volverán a suceder.

Otra carrera truncada, la de Juan Muñoz. El que se quede con 'hambre de más' tras pasar por su muestra en Alcalá 31, la que repasa la década de los 90 en su trabajo, encontrará estupendos ejemplos del mismo en Elvira González y David Zwirner.

  Por último, otro autor 'desaparecido', un maestro que fue siempre un 'emergente', a caballo entre la pintura y la foto: Darío Villalba. Los pasos han de dirigirse sin dilación a Luis Adelantado.

Para esta edición de ARCO, recomiendo a tres artistas posicionados de forma crítica, más o menos íntima, que no renuncian a una sensible y contundente búsqueda estética. Dos de ellas, Laia Estruch (Ehrhardt Flórez) y Asunción Molinos Gordo (Travesía Cuatro) participan en el sector 'El Mediterráneo: un mar redondo', comisariado por Marina Fokidis.

Estruch presentará parte de su proyecto 'Residua', un conjunto escultórico que la creadora activa a través de la 'performance', su cuerpo y su voz. Molinos Gordo exhibirá piezas en vidrio soplado que son el resultado formal de una investigación titulada 'Quorum Sensing', en la que establece una analogía entre el comportamiento de las bacterias intestinales humanas y nuestra propia organización social.

Por último, las obras de Francis Alÿs, representado en la feria por Peter Kilchmann, mostrarán esa capacidad del artista de dejar en evidencia las grietas de nuestra sociedad a partir de hechos aparentemente cotidianos o convencionales.

El activista Marcelo Brodsky planteará en el 'project room' de Henrique Faria Fine Art una interesante reflexión sobre migraciones y fronteras, tanto físicas como conceptuales, en un trabajo generado desde la foto de archivo intervenida, así como desde la creación en grandes papeles a modo de pancartas.

Por su parte, Núria Güell se refleja en su trabajo a través de 'En el principio fue el verbo. Relicario', en ADN. La artista reutiliza las cubiertas del relicario de su primera comunión para publicar en su interior los fragmentos de textos de museos y centros de arte en los que se exponen sus compromisos sociopolíticos.

Finalmente, en L21 se desplegará un políptico de fotos analógicas de gran formato encoladas en la pared bajo el título 'Cuatro intentos'. Una reflexión de Ian Walder sobre el acto de tomar una buena imagen. Cuatro instantáneas casi iguales pero diversas que apelan a la atención del espectador, elevando un deshecho a sublimación estética, ampliado de forma exagerada y rompiendo la calidad de la imagen en unos materiales que se degradan y aportan una pátina extra y única a cada ejemplar.

En esta edición de ARCO, esperada por ser, aparentemente, la de la vuelta a la normalidad absoluta, me parece importante recorrer el trabajo de tres artistas como Cristina Mejías (Alarcón Criado),Diana Larrea (Espacio Mínimo) y Julia Santa Olalla (T20). 

Que sean mujeres vivas y creadoras en un momento tan distópico como el actual, referentes de esta generación, aunque de edades diferentes, en la primera edición en la que un espacio que se dedicaba exclusivamente al trabajo de creadoras en la feria (como hace siempre la propia Larrea, gran embajadora del papel de las mujeres en el arte), se abre al de cinco compañeros.

Este hecho, bastante significativo, es una especie de situación perversa pero relevante para las autoras de la sección 'Projects': la obra de cualquiera de ellas, de disciplinas y motivaciones tan dispares, debe ser contemplada sin que el género sea un condicionante que acote su trabajo.

Por un lado, esta edición de ARCO resaltamos la obra pictórica de Lucas Arruda, representado por la galería Mendes Wood DM. Su obra se caracteriza por la representación de valores lumínicos de carácter reflexivo o espiritual, a través de la elaboración de paisajes al óleo.

Por otro lado, destaca la labor de la galería Nordés en Galicia, tanto por la calidad de su programación anual como por su amplia representación de artistas en su estand (Narelle Jubelín, Luisa Pastor, Julia Huete, Pablo Barreiro...).

Por último, también sobresale en ArtsLibris el libro de artista 'Traza', de Álvaro Negro, publicado por ediciones Vilaseco, que retrata la última exposición del autor en la galería coruñesa. A su vez, Vilaseco presentará una edición limitada de libros-objeto de Carla Souto y Gloria García Lorca.

Me quedo con el estand de la galería 1MiraMadrid, dirigida por el artista Mira Bernabéu, que abrió sede en Madrid justo antes del confinamiento y que desde entonces es una fuente infinita de placer: se dedica a rescatar joyas del arte conceptual de los sesenta y setenta, como la artista que trae a ARCO, Sanja Ivekovic, pionera del feminismo en la Yugoslavia de los setenta.

En el contexto de los Proyectos de Artista, Álvaro Alcázar presentará a una autora prácticamente inédita, Cristina Babiloni: pintura en estado impuro, cromoterapia y un modo casi mágico de hacer surgir la luz del arrecife de una amalgama aparentemente informe de color y materia.

Así mismo, Capitain Petzel de Berlín (resultado de la fusión en 2008 de Gisela Capitain de Colonia y Petzel Gallery de Nueva York) participa por primera vez en ARCO. Es bienvenida esta sala ecléctica, que posee un espectacular y luminoso local y trabaja con Martin Kippenberger y artistas como Robert Longo, Barbara Bloom, Sarah Morris o Zoe Leonard.

En su primera participación en ARCO, Julio Anaya Cabanding (ADN) invoca irónica y pictóricamente a Picasso, mediante una de sus plañideras, en el cincuentenario de su muerte. Su extraordinaria capacidad para recrear piezas icónicas sobre materiales precarios, inicialmente desacralizándolas, se pone al servicio de una revisión de la Historia del Arte y su simbolismo, que adquiere numerosos tonos.

Las obras de Nora Aurrekoetxea (Juan Silió) nos cuestionan sobre su condición fronteriza, entre la escultura y lo instalativo, el eco del cuerpo y la sugerencia de lo arquitectónico, la rotundidad del material y lo poético de sus formas reunidas. Frontera y nudo de numerosos cabos intrincados.

Aunque encontraremos varias de sus dinámicas y cromáticas 'indagaciones pictóricas' en Nicolai Wallner y Travesía Cuatro, Jose Dávila presentará en esta última un portentoso friso de cristales llamado a poner en conflicto la percepción y trasladar la fragilidad y la amenaza a través del (des)equilibrio.

La galería Rosa Santos presentará en ARCO'23 el trabajo más reciente de Andrea Canepa, mostrando su habilidad por poner imágenes en diálogo para abordar cuestiones sociales.

Otra galería, también valenciana, es Luis Adelantado, que apuesta por Ana Esteve Reig, quien trata la construcción de arquetipos sociales, la dicotomía entre realidad y ficción, y las dinámicas de trato en la realidad virtual extrapoladas a situaciones presenciales. Ambas autoras destacan por su proyección internacional y preocupación por la sociedad híbrida entre humano y tecnológico.

En esa línea, la francesa Orlán expone con Rocío Santacruz tras haber creado su propio ciborg que replica su físico y sus gestos como un 'alter ego' que la sobrevivirá. Pese a lo espectacular del momento que vive la francesa, accesibles para los coleccionistas se encuentran obras en papel y 'videoperformances' identificativas de sus diferentes etapas. Un recorrido femenino de empoderamiento.

La práctica escultórica alcanza en la galería Artnueve un grado liminar en las propuestas de Pablo Capitán del Río. Cuestionando la relevancia de la solidez, deconstruyendo la forma, su entidad, amplía su relación con los espacios sin perder cierta belleza insondable y múltiples lecturas conceptuales cuando no contextuales.

Desde el encuentro y desde el territorio de lo dimensional, la artista peruana nacida en Nueva York Patricia Camet, en Ponce & Robles, enfrenta al espectador con envases y recipientes usados, repintados, ensamblados y transformados para detonar una reflexión sobre la proyección estética de los objetos y la dictadura del consumo capitalista.

Finalmente, la joven venezolana Sol Calero traslada a la berlinesa galería Chert Lüdde el color y el exotismo caribeño, tropical, analizando la estereotipada visión eurocéntrica del paraíso, enfrentándola al recuerdo del emigrante y a sus procesos de idealización que transitan entre lo acogedor y lo añorante.

El ingenio de Arturo Comas nos sorprende por partida doble: en T20, con dos artefactos tubulares similares a carretillas de mano, y en el estand institucional de Genalguacil, donde una farola calzada mediante una naranja alude con ironía a la inclinación geográfica del pueblo malagueño. En ambas propuestas, el lenguaje de la utilidad conduce al sinsentido.

También hace doblete Glenda León, que enseña obras de carácter sonoro y gran potencia estética. En Senda, un arpa hecha con alambre de espino, y en Juana de Aizpuru, una serie de partituras donde relaciona el trazo de un relámpago, los ríos o las venas del cuerpo para evidenciar que son manifestaciones de una misma energía.

Otro tipo de flujo, el del agua, es el que motiva las últimas investigaciones de Rosana Antolí relacionadas con el cuerpo y el ecofeminismo. Sin abandonar su interés por lo 'performativo', en The Ryder recupera con fuerza su práctica pictórica basada en la gestualidad.

Comenzaré recomendando pasarse por el estand de la galería Moisés Pérez de Albéniz. A la vista de lo que ha venido presentando feria tras feria, nunca defrauda –todo lo contrario– y además acaba de cumplir diez años de su establecimiento en la ciudad de Madrid; década jalonada de magníficos proyectos, como la excelente individual de Guillermo Mora que se expone en estos momentos en su sede.

Bien distinta a la del último Mora es la propuesta pictórica del británico Simon Callery, cuyo minimalismo cálido dota a sus piezas de un aspecto impresionante, en las cuales constructivismo y deconstrucción dialogan en fructífera connivencia: pintura para paladares exquisitos en el estand de Rafael Pérez Hernando.

ARCOmadrid 2023

42ª edición Ifema. Madrid. Avenida del Partenón, 5. Pabellones 7 y 9. Directora: Maribel López. Del 22 al 26 de febrero

Tampoco hay que perderse lo último de Nacho Martín Silva entre las propuestas de la madrileña Max Estrella. Desde mi punto de vista, uno de los pintores más destacables del panorama nacional, gracias a un discurso que se halla inmerso en las complejas problemáticas de la feraz iconosfera contemporánea, que aborda con originalidad, incisiva coherencia, lucidez y suculenta destreza.