CRÍTICA DE:
'El aniversario', de Andrea Bajani: en el interior infiernos domésticos
Narrativa
Galardonada con el Premio Strega, esta novela es un tan duro como excelente retrato de la violencia en una familia a manos del patriarca en sociedades que hipócritamente 'miran para otro lado'
Otras críticas de la autora
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónQuizá haya pocos actos más 'impronunciables' en nuestras sociedades, actos que suscitan algo parecido a un reprochable 'despropósito moral', que el abandono de los padres. Decir adiós, tras una comida aparentemente intrascendente, y no volver ya nunca más. Cerrar la puerta y decidir irse ... tras años de infiernos domésticos secretos e inexpresables muchas veces hacia los de fuera.
NOVELA
'El aniversario'
- Autor Andrea Bajani
- Editorial Anagrama
- Año 2025
- Páginas 159
- Precio 19,90 euros
Se trata, como se nos dice en la extraordinaria, y por momentos, sobrecogedora novela de Andrea Bajani (Roma, 1975) 'El aniversario', galardonada recientemente con el más célebre y mediático de los premios italianos, el Premio Strega, de condenar, posiblemente para el resto de los días, a todos los integrantes de una desventurada tribu familiar a sentir como «un miembro fantasma» la ausencia de los otros.
Una precisión quirúrgica, y a la vez de una ambigüedad psicológica perturbadora
Ya sea del verdugo, como de sus víctimas, consentidoras o no. Pero el buen, y sutilmente afilado narrador, que siempre es Bajani, uno de los mejores de nuestros días, autor, entre otras, del excelente 'El libro de las casas' (Anagrama) o de 'Saludos cordiales' y 'Mapa de una ausencia' (Siruela) ha logrado con esta dura y descarnada empresa de introspección a los infiernos de un pasado 'concentracionario', una pequeña y desgarradora, poco habitual, obra maestra.
Familias en absoluto desestructuradas, sino muy por el contrario estructuradas férreamente «en una constelación de ataques de ira» impunes y consentidos, protagonizados por un padre-'padrone' de poder totalitario e incontestable. Ataques que, como se irá viendo con la lectura de esta novela de una precisión quirúrgica, y a la vez de una ambigüedad psicológica perturbadora, dibujan el retrato aterrador «de una desesperación, de un cuadro psíquico complejo y de un legado fascista negado, pero esencial en las conductas».
Familias a las que se les exige la perfección inmaculada de puertas para afuera y una permisividad libertaria y sin control de puertas para adentro. Todo ello, en sociedades que hipócritamente 'miran para otro lado' en los casos de abusos domésticos. «En todas esas escenas —se dice en la novela— mi madre mira hacia otro lado. Más que el cuerpo de mi padre destacando, es el de ella retrayéndose. Ese retraimiento por timidez o por temor, es lo que me queda».
Acostumbradas a prevenir, a atenuar las explosiones del tirano doméstico de turno, cuya violencia como forma de vida y de pensamiento no solo significará 'destrucción' sino, como se nos dice, se preparará siempre minuciosamente 'con precisión', estas mujeres anuladas, invisibles, instaladas en la 'autonegación', rehenes eternas en un eterno campo de concentración, invocarán su deseo de calma y paz en el hogar cuando la policía se presente para interrogarlas.
Pronunciarán una conocida y repetida frase: «Todo va bien, gracias», aunque tengan una herida en la cabeza y las gafas destrozadas. En un segundo, paradójicamente, el verdugo que ha condenado la existencia de su mujer «en un desierto sin vida en el horizonte», se convertirá en víctima y esperará paciente y magnánimamente que su propia víctima venga a solicitarle el perdón por faltas imaginarias.
«Han pasado diez años desde aquel día de diciembre» dirá al final de su relato este hijo de una familia sin demasiados recursos, «acostumbrados a la derrota» que había hecho en los años 70 la emigración al revés, al contrario que muchos, desde la capital, Roma, a un pueblo del norte, en el Piamonte. «Escribo sobre ello ahora —continuará diciendo— a un mes de ese extraño aniversario en el que, junto al derrumbe de una familia entera, conmemoro una liberación».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete