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Ana Velasco Molpeceres, mucha tela que cortar

ensayo

Libro escrito con gracia y rigor en torno al origen y sinuosa evolución de las prendas de vestir

Ana Velasco Molpeceres es especialista en moda
Manuel Lucena Giraldo

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En la antigua Grecia, los hombres utilizaban ropa interior solo si tenían que librar una batalla, pues en tiempo de paz a nadie se le ocurría usar prendas ceñidas al cuerpo. Los romanos, siempre prácticos, inventaron una pieza de tela unisex en forma de T ... que se ataba a la cadera y resguardaba los genitales, tanto de hombres como de mujeres. Hasta el siglo XVI, las bragas fueron una prenda exterior masculina. Abarcaba desde la cintura hasta medio muslo o la rodilla. Fue en el XIX cuando se generalizó su uso entre mujeres, mientras que los calzoncillos pasaron a proteger, nunca mejor dicho, la masculinidad. El perfeccionador de la tanga fue el bailarín y diseñador austríaco Rudi Gernreich, exiliado del nazismo en EE.UU. Su motivación, tan exhibicionista como piadosa, tuvo que ver con evitar que el cuerpo sufriera marcas y heridas por el roce con la áspera y tradicional ropa interior en espectáculos, bailes y deportes arriesgados.

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