Vuelta a la ‘naturalidad’ en el Marco de Vigo

Por un lado, ciencia y superstición se solapan en la intervención de Mónica Alonso (A Fonsagrada, Lugo, 1970). En ‘La magia del colibrí’ , la artista muestra seis relatos de diferentes personas que exponen los miedos más comunes del ser humano: la angustia, la muerte... A través de una médium, se les ofrece la posibilidad de acabar con sus temores con la muerte de un colibrí. Por el otro, en ‘Todo aquello que sucede y sin embargo no es’ , Rosendo Cid (Orense, 1974) nos acerca materiales desechados de su propio taller, reciclando elementos sobrantes al tiempo que les inyecta nuevas rutas conceptuales que, en todo caso, fueron trazadas azarosamente.

‘Sombras y color’ da nombre a las dos instalaciones específicas de Mar Vicente (O Valadouro, Lugo, 1979). Se trata de una selección de objetos escultóricos que replican su forma en las paredes del museo; un juego óptico entre las masas tridimensionales y bidimensionales que se encuentra, multiplicado por la luz, que funciona como valor de cambio constante y que consigue que las formas varíen su proyección en el entorno.

Salvador Cidrás (Vigo, 1968) y Juan Cidrás (Moaña, 1965) forman desde 2015 el colectivo artístico Formabesta . Este explora fundamentalmente las posibilidades plásticas derivadas del contacto entre la cerámica y el medio textil. En ‘Las formas compartidas’ vemos el equilibrado juego de pesos y materiales a través del diseño de piezas de artesanía extrañas o extrañadas. Ambos artistas hablan desde una perspectiva escultórica y pictórica que elogia el encuentro de los cuerpos formalizados conceptualmente. Como se suele decir, elaborados ‘con el corazón de las manos’.

«Las piezas se construyen en la necesidad de improvisar soluciones -más arcilla, un refuerzo interior, la transición del color…-, a la espera de los siguientes pasos, que descubren lo que se esconde, lo inaccesible e incierto». Estas palabras de Salvador Cidrás hablando sobre su modo de elaborar esas piezas extrañadas, definen, de alguna manera, el carácter de los cuatro proyectos reunidos en MARCO.

Regreso a la naturalidad de la creación espacial : dejar que los materiales encaminen el discurso de sí mismos, sean plumas, lana, luz, arcilla o cuerdas. Si algo tienen en común los cuatro artistas es la falta de miedo o vértigo hacia lo desconocido. En todo caso, optaron por un camino sin saber a ciencia cierta a donde les llevaría. Soluciones improvisadas y detenidas justo a tiempo. Las salas del MARCO vuelven a respirar.