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«Con un tuit se da todo por bueno»
«Jot Down» es una de las revistas culturales del momento. Nació en internet en mayo de 2011 y en junio de este año saltó al papel. Su sueño, convertirse en el «New Yorker» español
«Con un tuit se da todo por bueno»
No se tarda mucho en encontrar la palabra que mejor define la filosofía de Jot Down Magazine: ambición . «Aspiramos en el futuro a ser el New Yorker en castellano. Estamos a años luz, pero es nuestro objetivo desde el minuto uno. ... Y, qué demonios: Dios odia a los cobardes », asegura su director de comunicación, Carles A. Foguet.
Un domingo, a la hora del vermut, surgió la idea de crear esta revista cultural: «Durante la conversación nos quejábamos de que siempre teníamos que comprar cinco o seis publicaciones distintas para conseguir leer, más o menos, todo lo que nos interesa. Así que nos dijimos: ‘‘¿Por qué no hacer una revista que contenga todo lo que nos gusta, como nos gusta?’’ . Y así fue. Queríamos arrancar desde la imprenta - Jot Down Magazine se concibió en papel-, pero cuando hablamos con la gente seria que se dedica a hacer números nos aconsejaron que empezásemos con el formato digital».
«El siglo XXI es la era del caos cultural», aseguran desde Jot Down
«Teniendo en cuenta nuestra nula experiencia en el sector y la crisis, decidimos volcar la idea inicial en una página web. De este modo haríamos una especie de estudio de mercado real, a nuestra medida, y comprobaríamos si nuestro método tenía suficiente acogida como para lanzarnos a la aventura impresa. Se barajaron varios nombres, los primeros que elegimos estaban registrados. Mientras seguíamos dándole vueltas y proponiendo otros en voz alta, alguien dijo: ‘‘Toma nota, apunta’’ . Y comprobamos que traduciéndolo al inglés sonaba bastante bien. Tenía sentido.»
Un millón de visitantes
Desde el 16 de mayo de 2011, día de su estreno en internet, la revista no ha parado de crecer. Nació con diez redactores en plantilla y una red de ochenta y cinco colaboradores . « Ninguno de los diez que formamos la plantilla fija inicial somos periodistas , ni siquiera los fundadores, Ángel Fernández y Ricardo J. González . Todos seguimos trabajando en nuestros oficios reales -ingenieros, filólogos, abogados, físicos, politólogos, informáticos, etc.-, pues de momento Jot Down Magazine no es sostenible económicamente. De modo que hacemos muchísimas horas para poder sacar adelante el trabajo. En plantilla somos ya doce y los colaboradores free lance han superado el centenar.»
De su número uno impreso -junio de 2012- tiraron cien mil ejemplares, de los que han vendido el 98 por ciento; en la página web han superado el millón de visitantes únicos. ¿La razón de este éxito? «Hemos tenido la suerte de encontrar a muchos lectores con nuestras mismas inquietudes intelectuales que, además, disfrutan con nuestro modo de abordar la cultura. Somos afortunados haciendo lo que queremos, como creemos que se debe hacer, conectando con muchísima gente. Sin tener que renunciar a nada de aquello en lo que creemos.»
La foto de cubierta, las de sus páginas interiores, todo en Jot Down es en blanco y negro, una elección premeditada: «En una portada en blanco y negro las imágenes del último estreno cinematográfico o de la entrevista más reciente están en igualdad de condiciones con la cubierta de A Love Supreme , de Coltrane, o de un fotograma de Solo ante el peligro . Es una manera de superar esa barrera que el color crea entre dos épocas. Para nosotros todo forma parte del mismo ámbito cultural: ‘‘Ponlos a todos en blanco y negro, cada lector reconocerá a los suyos’’ . Es la Nueva York de Sinatra, la Roma de La dolce vita o la Viena de El tercer hombre ; lugares por donde todo el mundo ha querido caminar alguna vez».
Lectura a fuego lento
Carles A. Foguet también explica cómo se deciden los contenidos del magacín: «Son los propios redactores los que los proponen y la dirección decide si es o no publicable, si cabe en Jot Down -siempre y cuando, por supuesto, pase el filtro mínimo de calidad, independientemente de la temática-. La norma inquebrantable es no publicar nada que tenga que ver con la prensa del corazón, huir del amarillismo».
Les tachan de esnobs y «gafapastas». Ellos se defienden
Les tachan de esnobs y gafapastas y les acusan de estar sobrevalorados . Ellos se defienden. « La necesidad de etiquetar es otro de los males en este país . Si eres distinto (para bien o para mal), si te desvías de la senda, de lo mayoritario, eres raro. Y, si eres raro, hay que clasificarte de algún modo. Gafapasta y esnob, a fin de cuentas, no es malo; nos han llamado cosas peores. En cuanto a si estamos sobrevalorados, no somos los más indicados para responder , no seríamos objetivos.»
«Buscamos profundidad, no quedarnos en el titular, en la capa de barniz»
Uno de sus planes a corto plazo, hacer una versión en inglés de todos sus contenidos, está a punto de cumplirse: «El proyecto sigue adelante, esperamos ofrecerlo a final de 2013». El otro ya lo han logrado: contar con sello editorial propio, Jot Down Books. En él publicarán ensayo, divulgación científica, crónica periodística y periodismo literario, novela y poesía: «Queremos poner en el mercado editorial la misma idea que estamos desarrollando en la web y en las revistas impresas. La misma filosofía. Además, es un bonito modo de seguir creciendo». En noviembre presentarán su primer título. «Va a ser muy sonado» , prometen. Habrá que esperar hasta entonces para saber cuál es.
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