LIBROS
La Transición vista por Óscar Alzaga
Protagonista y testigo de excepción, el autor repasa la historia de este periodo decisivo desde un punto de vista personal y colectivo
Jesúa A. Martínez
«Solo la posteridad, basándose en una documentación inaccesible a los contemporáneos, asignará a su figura el lugar adecuado dentro de la Historia»
Esta frase esculpida por la pluma inquieta de Zweig , para referirse a Haushofer, alberga el sentido con el que se ... cruzan la necesidad de fundamentar sobre certezas documentadas el pasado y el papel que corresponde al personaje que lo protagoniza. Estas dos dimensiones en permanente diálogo definen la voluminosa y documentada obra con la que Óscar Alzaga ha tejido, recordando e investigando, la historia de la Transición democrática en España. Memorias de protagonistas sobre este período hay muchas, pero no traspasan el umbral de la memoria selectiva.
Rigor académico
Las memorias de Alzaga pertenecen a otro género, allí donde la memoria dialoga con la Historia, al tener como objetivo de la narración no la justificación de su periplo personal, sino el de proporcionar al conocimiento público pasajes de un período singular y complejo de la historia de España, entre 1960 y 1978, entre la Dictadura y la construcción del Estado democrático, que difícilmente pueden ser reconstruidos al haber sido destruidos miles de documentos ya irrecuperables para la historia. Es un protagonista acreditado y un testigo de excepción, pero, ante todo, su rigor académico como catedrático de Derecho Constitucional le ha llevado a documentar todos sus recuerdos.
La transición a la democracia en España es un tema insatisfecho historiográficamente, atrapado entre ríos de tinta y de voz vertidos para quedar vapuleado y distorsionado como un período modélico , previsto y planificado, al servicio de interpretaciones retorcidas que vinculan su origen con una salida natural desde las entrañas del régimen -la ley desde la ley-. Poco menos que la democracia la habría traído Adolfo Suárez en tan simplificada como errónea expresión coloquial aupada a certeza inmutable.
La Transición no fue el resultado de una concesión desde el régimen a través de un pacto generoso con aquellos que procedían de la oposición. Fue una conquista. Es la tesis de Alzaga . Y a ella hay que añadir que los negociadores desde el poder no tuvieron más remedio que hacerlo si querían mantenerlo. Las condiciones históricas del país y su contexto exterior, hicieron irrespirable un régimen ya con pronóstico de caducidad una vez fallecido el dictador. La oposición democrática, muy heterogénea, canalizó la fuerza social de una población huérfana de cultura política pero dispuesta a cambiar el paso de la Historia de España. En esta órbita se sitúa su segunda aportación interpretativa al señalar que aquella oposición tuvo un puntal en la democracia cristiana .
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