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ABC Cultural

ESCULTURA

Susana Solano o el placer de lo indescifrable

La escultora barcelonesa no ha rebajado nunca la intensidad de su propuesta. El IVAM enmienda su escasa visibilidad en museos españoles en los últimos años

Susana Solano / Bura IV, 2004-2005
Fernando Castro Flórez

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Susana Solano (Barcelona, 1946) tuvo gran fortuna crítica a mediados de los ochenta, revelándose como una extraordinaria escultora, participando en citas internacionales como la B ienal de Venecia (1988 y 1993) y la Documenta de Kassel (1987 y 1992), o ... recibiendo el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1988. Una obra como Pedris (1985), en depósito en la Colección del MACBA, sedimenta a la perfección su propuesta: una estructura de hierro y yeso que remite tanto al Postminimalismo cuanto a ciertos desarrollos del Povera. Esas modulaciones de la «anti-forma» -por emplear una categoría de Robert Morris - parecían plantar cara al Postmodernismo en sus flecos banali- zadores y tampoco sintonizaban con la espectacularización mediática que convertirían al final del siglo XX en el más patético y siniestro «desierto de lo real».

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