'Sentimos las molestias': la alegría de vivir mucho

En 'Sentimos las molestias' se pelean todo el rato, como Jack Lemmon y Walter Matthau , o como Alan Arkin y Michael Douglas en 'El método Komisnky' , la referencia más evidente ante el estreno de Movistar . En unas pocas líneas llevamos ya tres comparaciones que rozan el delito de odio, pero sería mezquino escatimar elogios a estos dos fenómenos con un Goya por barba.

Dicho esto, la serie podría ser un desastre, pero no lo es. Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero , peculiar pareja de creadores, reflexionan sobre la vejez con menos ganas de incomodar que en 'Vergüenza' . Aquí arrancan con una escena de diálogo atrevidillo, que quizá espante a algún espectador de la generación de sus protagonistas, pero el humor de la serie es el más 'generalista' –que no se tome como un insulto– de lo que han rodado nunca.

La sencillez al servicio de sus actores da como resultado una obra como de otra época, en lo bueno y en lo malo. La masculinidad ha sido actualizada y hasta parodiada, pero es inevitable que transpire en una historia sobre dos viejos músicos al borde de la jubilación. Y aunque sus papeles sean más pequeños, es imposible no destacar también a Fiorella Faltoyano , otra gloria nacional, y a Melina Matthews , que lo acabará siendo, dos mujeres hermosas como contrapunto a dos feos cascarrabias. Es quizá otro tópico, que los creadores no tienen complejo en pisar en ocho capítulos que no se atragantan ni vistos del tirón, y que dejan una sensación de placer indefinido, casi dulce.

Hasta la música compuesta para la ocasión por Bernardo Fuster y Luis Mendo , del grupo Suburbano , remite a otros tiempos y se cuela en el subconsciente, pese al esfuerzo deliberado por no aferrarse a la nostalgia. Creo que el público sabrá disfrutar mejor que los críticos una serie que incluso cuando juega a provocar lo hace con timidez, como Andrés Iniesta en una trifulca. Tampoco generará las polémicas de salón que suscitó 'CODA' con su triunfo en los Oscar .

[* Coda: Parte que se añade al período final de una pieza musical, que con frecuencia suele ser la repetición de uno de los mejores motivos de la misma.]

A su manera discreta, 'Sentimos las molestias' es más profunda que cualquier análisis que pueda publicarse. Es una mirada cariñosa al otoño de la vida en un día soleado, justo antes de que se desate el invierno cruel. Hasta la muerte, cuando algún personaje pisa la mina equivocada, es mostrada con humor e indulgencia, sin dramatizar ni soltar sermones. El viejo más pellejo esconde un joven dentro , que nunca muere del todo y que si es consciente de las canas y las arrugas es solo porque existen los espejos. Y una última lección: la amistad también sufre achaques, pero cuando está bien construida lo resiste casi todo.