Roberto Calasso y los aprendices de hienas

Los libros de Calasso han de leerse así: como experiencias, como lugares en los que uno entra para experimentar algo único. Externamente parecen ensayos eruditos. Aunque su erudición es inmensa, sus libros son en realidad otra cosa: literatura fantástica, poesía. Son las obras de un poeta, pero también de un mago. Y ya sabemos lo que es un mago: el que conoce las leyes secretas de la naturaleza. En su caso, la naturaleza y la cultura son ramas de una misma realidad. Pero ¿de qué trata El cazador celeste ?

El tema central lo anuncia claramente el título. Trata sobre lo divino bajo la forma de los animales. Trata de la imagen del cazador sagrado, de los mitos que tienen que ver con cazadores y cazados. Trata sobre los animales, sobre las metamorfosis, es decir, sobre la naturaleza de lo divino. Nos advierte una y otra vez que el hombre puede vivir, quizá, sin dioses, pero no sin lo divino . Este no es un libro de argumentos ni de temas, sino de imágenes y de asombros. Puedo imaginar un culto sagrado cuyos textos sapienciales sean los libros de Calasso, universidades calassianas situadas en lugares apartados para intentar dilucidar las vastas tramas de ideas de sus libros.

Este me ha parecido particularmente difícil de seguir. ¿Qué quiere decirme exactamente? ¿Está hablando de nuestra relación con los animales? ¿De los derechos de los animales? ¿De la forma en que nos alimentamos? ¿De la violencia? Una de sus digresiones más extraordinaria es la que supone que el hombre primitivo se forjó imitando los hábitos de un animal salvaje. Pero este animal no es el simio, ni el pájaro, ni el oso, ni el ciervo, ni el toro, ni el caballo, ni el perro, ni el gato: es la hiena, de cuyo ladrido sardónico pudo, incluso, aprender a reír.

Hay una creencia «ilustrada» muy peligrosa, que consiste en pensar que toda la experiencia humana anterior al siglo XVIII es falsa, ha quedado superada y no tiene ya nada que ver con nosotros. Calasso nos enfrenta a la inmensidad real de lo que somos, nos lleva a Grecia, a Egipto, a la India védica, a los cazadores del paleolítico. Todos esos milenios, siglos, millones de años de cacería están en nosotros. Al mismo tiempo, siempre tengo la sensación, al leer estas maravillosas excursiones de Calasso por reinos dilapidados en las arenas del tiempo, que en realidad me está hablando de lo que está sucediendo ahora mismo a nuestro alrededor. La sensación de que si pudiera juntar todas las iluminaciones en una, si pudiera entender exactamente lo que quiere decir, entonces...