Redescubriendo a Alfredo Sánchez Bella

Entre los personajes que supieron navegar en las aguas del franquismo, destaca Alfredo Sánchez Bella , el ministro de Información y Turismo sucesor de Fraga en la crisis del 29 de octubre de 1969, que supondría la escalada de la tecnocracia reformista vinculada al Opus Dei y su definitiva victoria respecto al falangismo . Sánchez Bella sería destituido en 1973, en el momento histórico en el que el franquismo entraba en agonía, a partir del asesinato del almiarnte Luis Carrero Blanco .

Su figura cayó después en el silencio político hasta su muerte, el 24 de abril de 1999, a los 82 años. No nos dejó sus memorias políticas y de su olvido nos lo acaba de rescatar Antonio Cañellas . Su libro analiza cinco etapas de la vida de Sánchez Bella: su formación (1916-1945); la proyección de su pensamiento político en el marco de la reconstrucción del discurso de la Hispanidad (1945-1957); su condición de embajador de la República Dominicana y de Colombia (1957-1962); su gestión como embajador de Italia (1962-1969) y, por último, su rol de ministro de Información y Turismo (1969-1973).

El ensayo es asimétrico, porque hay una clara desproporción informativa entre la cantidad de datos que nos aporta de sus dos primeras etapas y el poco espacio que se le dedica a su papel de ministro . La figura que emana del libro es la de un hombre nacido en Tordesilos (Guadalajara), desde muy pronto unido a Acción Católica, a la Asociación Católica de Propagandistas y al Opus, educado en la Universidad de Valencia, militante en el nacionalcatolicismo hispánico, con protagonismo político discreto, pero enormemente operativo , a través de situaciones difíciles.

Entre esas situaciones complicadas, sus vivencias en Hispanoamérica; cómo se gestó la anexión de España a Europa; la implicación en el avispero italiano en plena evolución de la democracia cristiana y la apertura del Concilio Vaticano en 1962, y la asunción de un Ministerio complejo con escenarios que debieron de ser terribles para él, como el cierre del diario «Madrid» (con su antiguo amigo Calvo Serer de presidente), el tratamiento del Consejo de Guerra de Burgos o la gestión del Ente de RTVE.

Cañellas nos permite profundizar en el conocimiento de los círculos católicos españoles desde la Guerra Civil hasta la muerte de Franco , con su gran capacidad para el posibilismo y la flexibilidad ideológica. Con buenas fuentes documentales, el libro hace uso de una abundante bibliografía en la que echamos de menos algunos libros, como el de José Manuel Cuenca : «Iglesia y cultura en la España del siglo XX».

En conclusión, estamos ante una obra muy ilustrativa sobre la trastienda intelectual y política del franquismo a través de Sánchez Bella, que emerge como una figura mucho más trascedente de lo que su imagen discreta podría hacer pensar .