Recuerdos de «Old man»

Charlábamos el otro día, apoyados en la barra de su «Refugio», mi amigo Chema y yo mientras nos tomábamos unos tercios de Mahou. Chema murió el año pasado, pero aun así nos juntamos de vez en cuando para compartir recuerdos y conjurar demonios.

Todavía nos duelen Lou, Bowie, Petty , incluso Cohen , y en nuestro siniestro almanaque tenemos marcadas fechas que no queremos que lleguen jamás. Con Neil Young coincidimos en todo, con Rush no tanto. Lo mejor que ha dado Canadá, con permiso del sombrero oscuro que descansa sobre la silla.

Yo le decía, temía, que el próximo en dar su último concierto sería Young. «No es tan viejo, ¿no? Va para 75, creo. Dylan , cualquier día también».

Cuentan que a Dylan el «Heart of Gold» le jodió bastante. Pensaba que ese éxito debía ser suyo y no de Young. Esa relación de amor-odio que desde el principio tuvo con Harvest , el disco que a pesar de ser el cuarto en solitario y de haber formado antes Buffalo Springfield y hacer cuarteto con Crosby, Still y Nash , lo llevó al número uno y a no parar de girar en la carretera. Unos años más tarde, en el 74, Lynyrd Skynyrd le increpó que un «hombre del Sur» no lo necesitaba para nada. Posiblemente envidiaban que fuera capaz de parir canciones tan enraizadas en ese Sur que siempre ha hecho suyo.

Ya en los primeros 90, las jóvenes bandas «grunge» vieron en él, con sus camisas de leñador y esos movimientos espasmódicos a la guitarra, reminiscencia quizá de la epilepsia que sufrió de niño, a un padre. Puede que lo último que pasara por la cabeza de Kurt Cobain fuera ese «es mejor arder que consumirse», si es que en verdad se suicidó; y con Pearl Jam grabó en cuatro sesiones de pura adrenalina Mirror Ball , un disco absolutamente imprescindible.

Repasando ahora sus discos, intento hacer una selección que quepa en el teléfono sin necesidad de nubes, me doy cuenta de lo complicado que es prescindir de alguna de sus canciones , que todas tienen sentido. La novia que se casó con otro sabía que el día de nuestra boda bailaríamos abrazados «Harvest Moon» . Neil Young ha transitado por décadas que han sido tumba de ilustres como el que pasea por el campo empapándose de sol y lluvia, nutriendo la tierra y nutriéndose de ella.

También me doy cuenta de que parece que esté escribiendo un obituario y no, no es eso. Resulta que edita ahora Homegrown , un trabajo grabado hace 46 años tras una ruptura sentimental. Dice Young que era demasiado personal para ver la luz en ese momento. ¡Como si el resto de su obra no fuera maravillosamente personal!