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LIBROS

Queremos tanto a Dickens

En el 150 aniversario de la muerte del autor inglés, personalidades del mundo de la literatura y de la edición comentan su vigencia

Charles Dickens
Carmen R. Santos

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JOSÉ MARÍA MERINO. ESCRITOR Y ACADÉMICO

José María Merino

«La novela del siglo XIX sigue siendo para mí –tras El Quijote, por supuesto- el referente primordial del género. De Dickens pondría como ejemplo David Copperfield . Una narración en primera persona que nos introduce en un emocionante juego de tramas -muertes y situaciones límite- con el huérfano torturado por el infame padrastro, la joven anulada hasta la extinción por el rigor de su marido y su cuñada, la pobre doncella prometida a un honrado trabajador y seducida por un cínico señorito, la familia bondadosa engañada por el doméstico infiel… que va creando un mundo de personajes palpitantes , muchos literariamente inmortales. Sin duda David Copperfield , con todo su exceso melodramático y bastantes aspectos discutibles, permanece cargada de fuerza y certeza, sin comparación con la mayoría de nuestros actuales best-sellers ».

JULIA NAVARRO. ESCRITORA

Julia Navarro

«Tenía siete o quizás ocho años cuando me encontré por primera vez con Charles Dickens y en aquel primer encuentro me hizo llorar. No recuerdo quién me regaló Cuento de Navidad , supongo que mi abuelo o mi madre o alguno de mis tíos, pero desde las primeras páginas sentí que me habían cogido de la mano para trasladarme a la mansión oscura y siniestra de Mister Scrooge. Y esa es precisamente una de las señas de identidad de las novelas de Dickens, su realismo, el retrato certero de su tiempo, su decisión de no hurtar al lector las miserias de la sociedad en la que vive. Pero detrás de ese realismo siempre deja margen para la magia, la esperanza, la redención . Incluso Mister Scrooge es capaz de “volverse” bueno. El autor de Oliver Twist , David Copperfield y tantas y tantas obras continúa resultándonos cercano y sus novelas son “clásicos” imprescindibles que siguen “tocando el corazón” y encandilando a los lectores».

Eduardo Riestra

EDUARDO RIESTRA. EDITOR

«La irrupción de Dickens en la literatura universal -desde la Inglaterra del siglo XIX- fue, como la de Alejandro Magno en Asia: apabullante . El escritor entonces recogió lo que a Shakespeare -que se preocupaba de las pasiones de los reyes y los príncipes en Inglaterra o Escocia, en Dinamarca o Italia-, se le había caído del plato: el pueblo inglés. Dickens es un autor sin tapujos, que cree que las pasiones de la literatura son para vivirlas en carne propia, la carne del lector. Se habla de la virtud, y eso en una sociedad cínica como la nuestra, es visto con sonrisa ídem. Don Benito, que dejó dicho cuánto le gustaba el autor inglés, comparte en cierta medida ese afán de contar historias con personas , como hace también don Pío. A Dickens ya se lo había empezado a cargar el grupo de Bloomsbury, esos eternos jóvenes diletantes, que estaban encantados de conocerse, y que, desde luego, no escribían para el pueblo. Pero yo sí quiero saber si al final la pequeña Dorrit se muere».

LUIS MAGRINYA. EDITOR Y ESCRITOR

Luis Magrinya

«Dickens sigue vigente por muchas cosas. Porque, en materia de moral social, fue Brecht avant la lettre , pues contra los moralistas clamaba: «Y, ¡oh, vosotros, fariseos del año mil novecientos de la era cristiana, que apeláis ruidosamente a la naturaleza humana, aseguraos antes de que sea humana!» (Martin Chuzzlewit, 1844). Porque fue prácticamente un seditious (como dijo G. B. Shaw), consciente de que el agente de desahucios es solo la cara visible de «un ejecutor en la sombra, un torturador que se esconde, una máquina de exprimir, un explotador» ( La pequeña Dorrit , 1857). Por sus héroes desvirilizados: David Copperfield, Arthur Clennam, Sidney Carton, Pip. Porque era un sentimental con competencia estilística : «Aquellos días yo solo vivía de Dora y de café» ( David Copperfield , 1850). Y, en fin, porque este comienzo aún no ha sido superado: « Marley estaba muerto: empecemos por ahí» ( Canción de Navidad , 1843)».

JAVIER JIMÉNEZ. EDITOR

Javier Jiménez

«Dickens es uno de nuestros contemporáneos. Sin mecenas que lo amparase , supo gestionar su propia obra, como Beethoven, Balzac o Galdós, y en su batalla por los derechos de autor fue uno de los pioneros en la defensa de la propiedad intelectual. Como novelista, es maestro de la verdadera autoficción, la que sabe convertir la propia realidad en literatura, y sus seguidores van desde Gabriele D’Annunzio a Enrique Vila-Matas. Y su vida, pese a los esfuerzos de sus biógrafos oficiales como Forster o Ackroyd, sigue siendo fuente de sorpresas, como desvela el libro de Amelia Pérez de Villar ». 

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