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ABC Cultural

TEATRO

¿Hay que poner límites al arte?

La representación de «Mount Olympus», de Jan Fabre, en Madrid, ha encendido la hoguera de una polémica desatada por la crudeza del espectáculo

Un momento de «Mount Olympus» en una de las representaciones de su gira europea Wonge Bergmann

JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN

El escándalo es tan libre como el arte. O debería serlo. Jan Fabre (Amberes, Bélgica, 1958), artista desmedido, multidisciplinar , original y siempre provocativo, explora en Mount Olympus . To Glorify the Cult of Tragedy las entrañas de la tragedia griega. ... Desde que lo estrenó en 2015 ha suscitado muchos testimonios entusiastas y pocos rechazos, provocados tal vez por una mezcla de desagrado por las escenas de sexo explícito -la más dura un fisting -, y la prolongada duración de la representación: veinticuatro horas (con tres paréntesis de descanso). Quien está en contra no ve motivos para mostrar crudamente efusiones sexuales sobre el escenario -y más si son extremas-, y las personas que dicen que a ellas eso les da igual, piensan que Fabre ha estirado tanto el espectáculo que convierte el monte Olimpo en un Gólgota para el público.

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