PHotoEspaña'21: Negro sobre blanco

Y eso que hablamos de Estados Unidos, donde los ecos de la muerte de George Floyd y del movimiento Black Lives Matter ha calado más. Si ya nos referimos a la Historia del África Negra, apaga y vamos, pese a que desde la Península tenemos ese continente a escasos 14 kilómetros. Metros, si hablamos de Melilla o Ceuta, como otros titulares nos han demostrado estas semanas...

Ese es el reto en esta edición de PHotoEspaña –recién ‘desprecintada’–, de Elvira Dyangani Ose (Córdoba, 1974) como comisaria invitada; actual directora de The Showroom en Londres , y una de las voces más autorizadas de nuestro país para articular un relato como el que ahora plantea el festival.

Ella, confiesa, fue la primera ‘impresionada’ al descubrir cómo el certamen, en sus casi 25 ediciones, no había desarrollado aún una mirada amplia a la cuestión, si acaso alguna muestra a algunas de sus grandes figuras como Samuel Fosso o Mama Casset . Sin embargo, en su retina quedó esa tercera entrega cuyo lema fue ‘NosOtros’, con esa ‘O’ en mayúsculas en un deseo de incluir lo ‘diferente’ entre los cercanos.

Su ‘Carta Blanca’ para PHotoEspaña (que, debemos confirmar ya, ha perdido algunos ‘naipes’ como consecuencia del coronavirus, y que por la misma razón llega con un año de retraso), lleva por título ‘Contra la raza’ , nombre de su capítulo en Matadero, y texto básico de Paul Gilroy («Nadie habla nunca de la identidad humana», exclama en él); un autor básico en la crítica a esa visión estereotipada de realidades racializadas, que contrapone con un nuevo humanismo planetario.

La mirada de Dyangani Ose es inclusiva, por descontado, alejada de la creación de otro gueto dentro del gueto. Sin embargo, el primer capítulo de su propuesta, el que recala en el Círculo de Bellas Artes , no puede dejar de ser en cierta manera genealógico e introspectivo. Se trata de la muestra fotográfica ‘Eventos de lo social: Retrato e imaginario colectivo’ , un guiño a su vez a la cita inaugural (‘Eventos del ser’, de Okwui Enwezor ) de la colección de la que llegan todos sus fondos, la de la institución alemana de Artur Walther , cuyos contenidos no se nutren exclusivamente de foto de autores negros.

¿Y se puede contar este relato de lo panafricano desde una única fuente? Dyangani tiene claro que sí, que además acude a este conjunto, fundamental para trazar la evolución de la imagen negra moderna y contemporánea, también por sus fondos de carácter vernáculo, con los que ella arranca el recorrido de lo suyo: se trata del proyecto ‘Black Photo Album’, de Santu Mofokeng , que compiló para la Bienal de Johannesburgo de 1997 una treintena de imágenes de entre 1890 y 1950 de diez familias sudafricanas que acaban con tópicos sobre lo obrero o burgués en aquel país, justo antes de que el país implementara la segregación racial, y que Ose contrapone a miradas antropológicas, taxonómicas, y en el fondo racistas y estereotipadas, de investigadores como A. M. Duggan-Cronin , en su análisis sobre los bantúes.

A partir de ahí, el desarrollo de la identidad panafricana se construye o deconstruye también en el taller fotográfico ( Fosso, Sidibé, Keïta , el ‘tippex’ de Candice Breitz ...) y convierte lo cotidiano e íntimo en político ( Yto Barrada, Nontsikelelo (Lolo) Veleko ...), sin olvidar el paisaje (del que somos parte para Em’kal Eyongakpa , atravesado por la Historia en Goldblatt ) y cierta sensación de amargura del futuro (Zanele Muholi, Kudzani Chiurai ...).

Matadero-Madrid es la segunda sede de la propuesta, más centrada en el presente, pero con una atención especial al futuro, y a un futuro más allá del color de la piel. ‘Contra la raza’ reúne allí cinco horas del trabajo audiovisual de 16 autores (reparen en la poética de Bernie Searle y Grada Kilomba ...), con presencia local con Rubén H. Bermúdez , recientemente galardonado por Documenta Madrid, o Heidi Ramírez ; bien acompañados por el proyecto vídeo-instalativo ‘Relic Traveller’ de Larry Achimpong (que en su último capítulo cuenta con la aportación del ilustrador Wumi Olaksibian) y ante el que hay que detenerse: superemos las promesas de la globalización, luchemos por una raza universal, aprendamos del fracaso, apostemos por las mujeres...

Este escenario, a lo largo del festival y tras él, se reactivará con ciclos de ‘performances’, encuentros, presentaciones y charlas. Colaborarán Cineteca Madrid, Videobrasil y otros festivales. Habrá que estar atentos.

Dos (grandes) peros se le puede hacer al conjunto. Una, la oportunidad perdida de haber mostrado a estos creadores junto a sus homólogos occidentales, para conocer así su alcance real. Por ejemplo, Theo Eshetu , en el Círculo, llegó en los 80 a representar en la videocreación lo que Tony Oursler . Dos, la falta de un proyecto expositivo que dibuje la estela de la imagen negra española. Conscientes somos de que la Carta Blanca se vio tocada por la pandemia. Emplazamos a Elvira a una segunda ronda o a muchas más. Siempre se extraen buenas conclusiones de su experiencia.